Nos encontramos en una época en la que el éxito se mide muchas veces por la riqueza, tu vida idílica a través de las redes sociales o incluso el reconocimiento social. En mitad de todo ello, el psiquiatra y catedrático de Harvard, Robert Waldinger, nos habla de que la verdadera clave de la felicidad puede estar mucho más cerca de lo que creemos y ser mucho más simple de lo que pensamos: la calidad de nuestras relaciones personales. Robert Waldinger dirige uno de los estudios más longevos y completos jamás realizados sobre la vida humana, que lleva años analizando a cientos de personas con el único objetivo de responder a una pregunta tan sencilla como esencial: "¿qué nos hace felices a lo largo de la vida?".
Según el catedrático de Harvard, las relaciones personales son clave para nuestra felicidad. Pero no todas. Hay que saber distinguir aquellas que resulten sanas de las que no lo son con el único fin de poder garantizar nuestro bienestar pleno. Este experto en salud mental se ha convertido en un auténtico gurú de la felicidad, además de ser el responsable del estudio sobre la felicidad más amplío y sostenido en el tiempo. Según algunas de sus conclusiones, una persona es más feliz si es capaz de desarrollar vínculos humanos basados en el respeto y el amor ante aquellos que se enfrentan a relaciones tóxicas.
Robert Waldinger habla de la importancia de las relaciones sanas y con confianza para nuestra felicidad plena
Durante una entrevista para Big Think, habla sobre la creencia de que el dinero, la fama o una posición en la sociedad te lleva directamente a una felicidad plena. Y nada que ver con la realidad. La clave es otra: "Lo que realmente nos hace felices son las relaciones satisfactorias, cercanas y cálidas con la gente", aseguraba el psiquiatra norteamericano. Así lo confirma además de su estudio, en el que confirma que las relaciones estrechas y de calidad protegen a nuestro cuerpo y nuestra mente. No se trata de tener una red social extensa, sino de contar con personas en quien confiar profundamente.
El proyecto del Estudio Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, la investigación longitudinal más extensa y que ha contado con personajes históricos como el presidente John Kennedy, cuenta con 1.300 descendientes de los 724 participantes de la investigación original. Un estudio que avanza bajo la dirección de Robert Waldinger con la ayuda del psicólogo Marc Schulz, profesor de psicología en el Byrn Mawr College. En una de las primeras páginas de su libro Una buena vida (Planeta, 2023), enuncian una de las grandes conclusiones que han logrado a lo largo de los años: "Hay un factor crucial que ha destacado por su consistencia y por el poder de sus vínculos con la salud física y mental y con la longevidad", aseguran. "Hay algo que demuestra una y otra vez su amplia y duradera importancia: las buenas relaciones", añaden.
La importancia de rodearnos de personas con las que mantener buenas relaciones frente a aquellas más tóxicas
De hecho, insisten en esa premisa: "Las buenas relaciones son tan significativas que si tuviéramos que reducir los ochenta y cuatro años del estudio a un único principio, a una inversión vital apoyada por hallazgos similares en una amplia variedad de otros estudios, sería este: las buenas relaciones nos mantienen más sanos y felices. Punto". Por lo que, una de las decisiones que determinará nuestro futuro en cuanto a felicidad se refiere son las personas con las que vamos a decidir relacionarnos. Eso sí, cabe aclarar que "el número de personas que conoces no determina necesariamente tu experiencia de conexión o soledad. Tampoco lo hacen tus condiciones de vida ni tu estado civil. Puedes sentirte solo en medio de una multitud y puedes sentirte solo en un matrimonio. De hecho, sabemos que los matrimonios muy conflictivos y con poco afecto pueden ser peores para la salud que un divorcio".
En cualquier caso, la verdadera importancia es la calidad de estas relaciones: "Hablando claro, vivir rodeado de relaciones cariñosas protege nuestro cuerpo y nuestra mente". Aclara que el estrés incluso se puede disminuir si se tienen buenas relaciones: "Cuando nos sentimos mal porque estamos estresados y hablamos con alguien, el malestar se reduce; de no ser así, el cuerpo se inflama y genera cortisol, lo que puede favorecer la aparición de enfermedades como la artritis".
Más allá de ello, cuando la relación no es sana y el respeto brilla por su ausencia, es cuando nos encontramos ante las denominadas relaciones tóxicas, que no únicamente no nos genera felicidad, sino que nos produce infelicidad: "No se pueden gestionar los problemas ni la ira y se genera infelicidad, resentimiento crónico y discusiones, por lo que permanecer en este tipo de vínculos es peor que separarse", advierte el catedrático en Harvard.