Las carillas son finas láminas que se pegan al diente por fuera (por la parte que vemos) y permiten modificar el color, el tamaño, la forma y la posición de nuestra dentadura. Parece magia, ¿verdad? A la hora de elegir una buena carilla, lo más importante siempre es ponerse en manos expertas para conseguir el mejor asesoramiento posible. Existen, a día de hoy, dos tipos de carillas según el material empleado para su fabricación: de composite o de porcelana. Las primeras, hacen posible un cambio en la sonrisa del paciente, sin invadir mucho su propia dentadura. Podemos decir que este es el tratamiento que existe más conservador hasta la fecha.

Sonrisas de vanguardia

Por su parte, para conseguir una sonrisa de 'Hollywood' o 'de cine', tiene que optar por las carillas de porcelana. Estas últimas cuentan con una particularidad muy positiva: no cambian de color con el paso de los años y a simple vista quedan muy naturales. Y es lo que todos (o casi todos) queremos lograr siempre a la hora de modificar algún aspecto de nuestra imagen, es conseguir un resultado cuanto más natural, mejor.

Pero aunque ambas opciones son válidas, tienen una gran diferencia: la durabilidad. Mientras las de composite tienen una vida estimada de cinco a ocho años, las de porcelana pueden aguantar intactas hasta una década.

Una de las famosas que han dicho públicamente que utilizan carillas es Marta López Álamo, actual pareja sentimental de Kiko Matamoros. Él, por cierto, también ha recurrido al uso de las carillas para presumir de sonrisa.  Otra de las celebridades que luce unos dientes blancos, alineados y bonitos es Paula Echevarría, que consigue eclipsar a los presentes cada vez que sonríe en una alfombra roja.

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Dientes más blancos con láser

Paula Echevarría Sonrisa
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Ya lo dijo una vez Charles Chaplin: "Nunca te olvides de sonreír, porque el día que no lo hagas, será un día perdido". Por eso, sin ningún atisbo de duda, uno de los tratamientos más socorridos en estética dental es el blanqueamiento. Y es que tener los dientes relucientes es para muchos algo muy importante. Debemos tener en cuenta que una boca sana y cuidada es nuestra mejor carta de presentación, siempre.

Hay dos opciones muy buena para conseguir unos dientes más blancos. Una opción es la tónica de blanqueamiento con láser de alta intensidad o con ultrasonidos. Las dos son igual de válidas pero tienen algunas diferencias. En el primer caso, se aplica un gel sobre el esmalte y se caliente bajo la luz láser. En el segundo, se usa un cabezal de ultrasonidos que aplicado sobre los dientes hace que el blanqueamiento sea más rápido. Con ambos procedimientos, presumiremos de sonrisa impoluta con tres sesiones en consulta.

Pero, ¡ojo!, a la hora de elegir dónde hacerte un blanqueamiento valora mucho el precio porque según la legislación europea, "siempre deben hacerse en centros médicos con garantías" y los que son demasiado baratos no son de fiar. Además, los remedios caseros que tanto vemos en internet con recetas fáciles para hacer en casa, no están supervisados por profesionales de la odontología y pueden ser blanqueares, sí; pero también muy abrasivos y perjudiciales para la superficie del diente. Llegando incluso ha desgastarla.