Acaba de llegar a Zara el doble del vestido de lunares en gradiente que la Reina Letizia ya llevó en 2022

No es la primera vez, y probablemente tampoco será la última. Hay algo casi mágico —por no decir clínicamente calculado— en la forma en que algunos de los estilismos más icónicos de la Reina Letizia terminan, como por arte de birlibirloque, en las colecciones del fast fashion español más omnipresente del planeta: Zara. A veces el parecido es una alusión tímida, otras una reinterpretación “inspirada en”, y en contadas ocasiones sucede el fenómeno que nos ocupa hoy: una réplica 'inversa' más que evidente que convierte en asequible un look que hasta hace nada formaba parte del imaginario exclusivo del armario real.

El vestido de diseñador andaluz que la Reina Letizia estrenó en 2022 y ahora está en Zara 

El caso que nos ocupa remite al mes de junio de 2022, cuando la Reina Letizia compartió agenda con Jill Biden en una visita oficial a la sede de la Asociación Española contra el Cáncer en Madrid. Fue una jornada de gestos diplomáticos, declaraciones institucionales… y un despliegue de estilo cargado de significado. La esposa del Rey Felipe VI se decantó por una pieza absolutamente impecable firmada por José Hidalgo: un vestido ceñido de largo midi, con mangas cortas y con un estampado de lunares en gradiente que iba perdiendo densidad de arriba abajo. Un diseño armado con suficiente sofisticación como para ser recordado dos años después con nitidez.

El degradado de lunares más original

En aquella ocasión, la Reina no solo volvió a hacer gala de moda nacional en clave diplomática —una constante que define su estilo desde sus inicios—, sino que reafirmó su capacidad para moverse con soltura en los códigos visuales más icónicos del vestuario español. El lunar, tan flamenco y tan alta moda al mismo tiempo, se transformó bajo su criterio en un gesto elegante, sereno y contemporáneo.

Pero el idilio con el vestido no terminó allí. Un año después, la soberana volvió a desempolvarlo en un contexto bien distinto: un viaje oficial de dos días a Angola junto al Rey Felipe VI. En pleno corazón del África subsahariana, la Reina apostó por repetir estilismo, una decisión que habla tanto de su coherencia estética como de su enfoque sostenible —algo que cada vez pondera más en su vestuario público. El vestido volvió a brillar, esta vez bajo el sol africano y en clave más relajada, pero no por ello menos sofisticada.

El diseño original, obra de José Hidalgo, es una pieza con una construcción impecable. Se ajusta al cuerpo sin asfixiarlo, deja gran parte del brazo (menos el hombro) al descubierto con una manga muy favorecedora y presenta un patrón de lunares blancos sobre fondo negro que se dispersa en degradé desde el torso hasta el bajo, generando un efecto visual de movimiento que estiliza y dinamiza la silueta. Es uno de esos vestidos que no necesitan ningún adorno extra porque ya lo dicen todo por sí mismos. Ni broches, ni cinturones, ni accesorios maximalistas. Solo unos salones negros y unos pendientes discretos para rematar el conjunto.

Vestido largo de lunares ZW Collection de Zara 39,99 euros

Y ahora llega Zara, como quien no quiere la cosa, y lo pone sobre la mesa. O más bien, en el perchero. En su línea ZW Collection —la más cuidada, contemporánea y lujosa de Inditex—, acaba de aterrizar un vestido largo sin mangas, también en blanco y negro, también cubierto de lunares, también en gradiente. El corte es más fluido, con caída recta, sin mangas y sin el ajuste tan marcado del original, lo que lo convierte en una opción más versátil y cómoda para el verano. 

¿Diferencias? Sí, las hay, y no son menores: el tejido del de Zara tiene una textura más ligera, sin la misma estructura del diseño de Hidalgo. El escote cerrado y el largo maxi lo hacen adecuado tanto para eventos estivales, pues aquí los colores cambian de posición: blanco de fondo, lunares en negro. Pero el guiño está ahí, es innegable. Y para las fans de Doña Letizia que sueñan con recrear uno de sus mejores looks sin necesidad de encargar una réplica a medida, esta es una oportunidad que no se puede dejar pasar.

Porque más allá de lo anecdótico o de lo viral, el fenómeno Letizia-Zara pone sobre la mesa una realidad más profunda: el modo en que la Reina ha sabido articular un lenguaje visual propio dentro de los códigos de la monarquía europea. Un lenguaje que bebe de la moda española, que recicla y revisita sus piezas, que lanza mensajes discretos pero elocuentes, y que se cuela, de vez en cuando, en el armario de todas. 

Y ahí está la clave: cuando el estilo tiene discurso, el eco llega más lejos. Desde el taller de José Hidalgo hasta la caja de Zara más cercana. De la Zarzuela al Zara. O viceversa.