Eva Hache se embarcó junto a Jesús Calleja en una nueva aventura sin imaginar que, poco después, se le unirían tres inesperados compañeros de viaje: Belén Rueda, David Bisbal y su mujer Rosanna Zanetti. Los cuatro viajaron junto a Jesús en una nueva entrega de 'Universo Calleja', cargada de emoción y descubrimientos. El destino fue Ras Mohammed, un impresionante parque nacional en el mar Rojo, no solo por sus espectaculares paisajes, sino porque es uno de los lugares del mundo más llenos de vida submarina. Esta experiencia única buceando rodeados de animales marinos difíciles de ver en otras zonas del mundo, logró emocionar a los invitados de esta inolvidable aventura.
También tuvieron la oportunidad de subir al monte Sinaí, cuya altura alcanza los 2285 metros. Una caminata por un lugar lleno de historia y simbolismo que consiguió que los invitados de Calleja abriesen sus corazones como pocas veces lo habían hecho frente a las cámaras.
En una comida en el barco junto a sus compañeros de viaje, Belén Rueda no dudaba en hablar de su vida personal. "Mis hijas ya son mayores, es más fácil organizar la agenda así", confesaba, antes de contar cómo lo hizo cuando sus hijas eran pequeñas: "Recuerdo cuando me separé, te salen proyectos fuera y a veces estaba sola... valoras si sí o si no, y no me arrepiento", desvelaba. "Fuera de casa, cuando las niñas eran pequeñas, solo estaba como mucho una semana", explicaba, "ahora ellas me han abandonado a mí".
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Sobre su estado sentimental, aseguraba que "no tengo pareja, pero no estoy sola, tengo a mis amigos y mis hijas". "Estoy feliz, es mi momentazo", añadía la actriz, hablando como nunca de su faceta más privada, y es que Belén Rueda acostumbra a ser muy reservada sobre su vida privada.
El pasado mes de septiembre, Belén Écija, la hija mayor de Belén Rueda y el productor Daniel Écija, anunciaba a través de sus redes sociales su compromiso con Jaime Sánchez con un emotivo vídeo en el que compartía las reacciones de su familia y algunos de sus amigos más cercanos. "Mi hija se casa, y lo están viviendo con tanta ilusión que contagia", le contaba después a Calleja en una conversación más privada entre ambos, en la que se sinceraba sobre una faceta que le gustaría experimentar: la de abuela. "No me asusta, es solo un nombre".
Hace seis años que Belén viajó por primera vez con Jesús, y han sido muchos los cambios en su vida. Sobre su faceta profesional, también confesaba que a pesar de su edad, tiene suerte de poder seguir trabajando. Además, "los 60 años se cumplen laboral y personalmente, y personalmente hay algo en tu vida que cambia y quieres dedicar más tiempo a esos amigos que no has visto tanto...", confesaba.
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El problema de salud que llevó en completo silencio
Belén Rueda se abría en canal con Calleja y hablaba del ictus que golpeó su vida: "Me pegó un buen susto, fue un ictus transitorio". "A veces por el estrés te da una lipotimia, tú sientes mareo, ganas de vomitar, bajada de tensión... y yo ese día sentí lo mismo, pero era un poco más intenso... Mi hermana vivía al lado y ya me conoce, pero dijo 'esto no es normal'", le contaba al presentador.
Fue su hermana quien descubrió lo que le estaba pasando. "Así que estando en el suelo, muy mareada, me dijo 'infla los mofletes', al parecer tienes que estar simétrico, es importante para saber si es un ictus", comenzaba contando, "si alguno de los dos hemisferios en ese momento está sufriendo un derrame o algo, porque lo mío fue solamente falta de oxígeno durante un tiempo, no tienes simetría en la cara, y no sé qué hice que en 5 minutos la ambulancia estaba en casa".
Belén Rueda junto a Jesús Calleja
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Fue un ictus transitorio, contaba la actriz, "me hicieron pruebas y me descubrieron un aneurisma, pero durante mucho tiempo no lo quieres decir... decir que estás enfermo es que te traten diferente, y cuando eres una persona activa y quieres vivir con intensidad, esto te afecta todo".
Lo vivió en silencio, a excepción de su familia, que sí estaba al tanto de todo. "Ahora llevo un stent, que me parece fascinante. El neurólogo, que para mí es Dios, me dijo 'ahora estás mejor que antes', porque el problema de no descubrir a tiempo un aneurisma es que puedes tener un ictus realmente grave".
"El ictus transitorio me salvó la vida. ¿Cómo se explica esto? Un ictus transitorio no llega a ser una hemorragia, sino que durante un tiempo me faltó oxígeno en el cerebro", explicaba la propia Belén en una entrevista hace unos años, "Si no me hubiera dado un ictus transitorio es posible que hubiera tenido un ictus más grave", zanjaba al respecto.