Juan Avellaneda fue diagnosticado con cáncer de testículos cuando tenía tan solo 26 años. Después de operarse y superarlo, el diseñador de moda se somete a revisiones rutinarias. Siempre ha hecho hincapié en la importancia de ir al médico puesto que considera que gracias a eso él superó la enfermedad. El íntimo amigo de Tamara Falcó ha visitado 'Y ahora Sonsoles' para hablar de este duro episodio de su vida, así como de otras facetas más desconocidas sobre él, como que es abuelastro de dos niñas. 

Juan Avellaneda en 'Y ahora Sonsoles'

Juan Avellaneda en 'Y ahora Sonsoles'

Foto: Antena 3

Más allá de presentar su libro, "Flashing Lights", Juan Avellaneda ha recordado el momento en el que le detectaron un cáncer de testículos. El diseñador ha echado la vista atrás, cuando salía de un avión y se desplomaba en el suelo. Se levantó directamente en el hospital, donde fue despertado por una enfermera. Luego recuerda que todos los domingos le entraba ansiedad al pensar que tenía que volver a su trabajo en un banco. Según sus palabras, considera que todo eso lo somatizó. "Apareció el cáncer testicular. Ahora estoy bien. Tienes que hacer revisiones periódicas. Tuve suerte porque fue localizado", reconoce. 

Juan Avellaneda explica que es algo genético porque sus padres también tuvieron cáncer. Su padre de piel y su madre de mama. De hecho, revela que su progenitora ha sido operada hace dos semanas de ello. Al hablar de su tipo de cáncer, el diseñador recalca que no hay muchas referencias sobre ello. 

"En los hombres no hay mucha referencia. Cuando lo cuento, en una campaña de la Asociación contra el Cáncer, me sorprendo porque me escriben muchas madres. Me decían que sus hijos también lo tenían.Es una zona muy sensible. Es tabú. No se puede hablar de un cáncer de testículos. Funciona todo igual y si no te ha funcionado es que te has salvado", admite frente a Sonsoles Ónega. 

Juan Avellaneda

(Gtres)

Hace un tiempo, el diseñador se sinceró con SEMANA y aseguró que su enfermedad coincidió con la de su madre. "Recordé que cuando a mi madre le salió el bulto le regañaba por no acudir al médico. Entonces fui al médico, me lo miraron y a los cuarenta y cinco minutos de salir de la consulta me llamaron y me dijeron: “Hola Juan, acabas de estar en consulta y ha pasado esto…”, nos contó.

Luego nos reconoció que empezó a negar lo que le habían dicho los médicos, se inventaba excusas para no hacerse las pruebas. ¿El motivo? Insistió a esta revista que se debió a la poca información que había al respecto. "Después de la radiografía me dijeron que el bulto era pequeño, que gracias a Dios me lo habían cogido muy al principio y que solo era una pequeña intervención. Me lo quitaron, y a partir de ahí me tocó hacer revisiones diarias", señaló en SEMANA. 

Juan Avellaneda, abuelastro de dos niñas

Juan Avellaneda

Juan Avellaneda

Gtres

En su paso por 'Y ahora Sonsoles', Juan Avellaneda también ha hablado sobre su marido, Sergio Corbera. Aunque se muestra muy discreto a la hora de hablar de él, sí que cuenta que no pertenece a su mundo y que se conocieron en una cena de interiorismo a la que fue con su ex. A partir de ahí, comenzó a encontrárselo en más partes. Llegó un día en el que le propuso ir a tomar algo y ya llevan juntos 14 años. 

Él tenía dos hijas de su relación anterior y ahora es abuelo de dos niñas. Esto ha hecho que el diseñador sea "abuelastro", una faceta con la que está encantado. "Una es un bebé y la otra tiene dos años. Estoy encantado, es una faceta que no me había imaginado en mi vida", admite. De hecho, llega a bromear con que cuando pasea con ellas por la calle le llegan a preguntar que si son sus hijas. No se plantea ampliar la familia porque considera que ya es feliz con las tres hijas de su marido y sus nietas. 

De la banca a la moda

Juan Avellaneda

Redes sociales (@avellaneda_eu)

Antes de adentrarse en el mundo del diseño, Juan Avellaneda trabajaba en la banca, algo en lo que acabó porque entonces sus padres veían con cierto vértigo que quisiera dedicarse a algo artístico. Estudió una ingeniería informática, pero siempre quiso estudiar moda. Terminó haciéndolo: "Me cogía las vacaciones, las juntaba, y me iba a Londres a estudiar moda. Era un poco locura. Por el día era una persona y por la noche otra". 

El diseñador aconseja a todos a que hay que apostar siempre por hacer "lo que te apasiona y te gusta". Considera que el mundo de la moda es maravilloso porque le hace soñar, pero admite que también es un lugar muy competitivo con muchos egos. Sonsoles Ónega quería saber si él lo tenía y respondía de forma tajante: "Depende del día, hay un punto de ego en muchas cosas".