Hablamos con Gonzalo Ramos, Jacobo Monteclaro en 'La Promesa': "A mi mujer la vi en el musical 'El fantasma de la ópera' en Londres y la escribí por redes. Empezamos a hablar y luego, al mes, yo volví"

Comenzó a hacer teatro siendo un niño para conquistar a un chica que le gustaba. La chica no se enamoró de él, pero él sí lo hizo de la interpretación, profesión en la que dio el salto gracias a la serie 'Física o Química', que supuso un fenómeno fan sin igual.

Hoy, Gonzalo Ramos (35) sigue cautivando corazones en otra serie de éxito, 'La Promesa' (TVE), acaba de estrenar en Madrid la comedia 'Goteras', que estará en el Teatro Bellas Artes hasta el 27 de julio, y tiene en proyecto el musical 'Cabaret'. En su vida personal, las cosas le han ido aún mejor si cabe, ya que disfruta de un feliz matrimonio junto a la cantante y actriz portuguesa Sofía Escobar, con quien tiene un hijo de 11 años y otro de un mes.

En el teatro, con 'Goteras'

¿Por qué el público tiene que ir a ver 'Goteras'?

Porque es una comedia con un ritmo frenético, muy divertida y fácil de ver, que al final te hace un pequeño pellizco. La gente se ríe mucho durante toda la función y tanto mis maravillosos compañeros, Fernando Albizu y Gloria Albalate, como yo, nos lo pasamos también muy bien.

¿Cuál es el hilo conductor?

Interpreto a un dramaturgo que tiene una crisis existencial y, de repente, tiene goteras en su piso. Cuando sube al piso de arriba para ver qué es lo ocurre, se encuentra a un señor muy cascado en una casa que le recuerda a la suya, hasta que se da cuenta de que es él dentro de 30 años. ¿Y qué pasa? Que no tiene nada que ver con lo que ha soñado, ya que este señor tiene una vida aburridísima. Entonces entra en pánico y hace lo posible para tratar de cambiar su futuro. Lo que pasa es que no es tan fácil, ya que, por el efecto mariposa, cada vez lo va estropeando más.

En 'Goteras', tu personaje se encuentra con su yo del futuro. ¿Cómo te ves tú dentro de 30 años?
Me da como pánico pensarlo, pero no porque vaya a salir mal, es que me parece que se me quitaría esa cosa, que es muy bella, que es el no saber lo que va a pasar.

 ¿Y si pudieras, como él, cambiarías algo de tu vida? 
Quizá hace cinco años, te hubiera dicho que sí, pero trato de trabajar la aceptación y siempre doy gracias por todo lo que tengo. Intento ver las dificultades como oportunidades para crecer, porque cuando más he aprendido ha sido cuando no me ha ido bien. Y si va bien pues maravilloso, porque yo soy muy disfrutón. 

Comenzaste en la interpretación con  15 años. ¿Lo tenías clarísimo tan joven? 
Con 15 ya sí. Me metí en un grupo de teatro, porque me gustaba una chica y no conseguí nada con ella, pero descubrí mi vocación. Así es que empecé a ir a clases con Cristina Rota y con Corazza. Mi primer trabajo fue 'Hospital Central' y me acuerdo que pensé: "¡Guau! ¡Y me puedo ganar la vida haciendo esto!". Había algo muy mágico que me permitía mantener vivo al niño que llevamos dentro.

El éxito de 'Física o Química'

Y llegó 'Física o Química' y la locura del fenómeno fan.
Sí, fue una locura absoluta. Yo tenía 18 años  y recuerdo salir a la calle el día después de la emisión del primer capítulo y que una persona me pidió una foto y dije: "¡Qué curioso! ¿Va a ser así siempre?". Y lo fue... Se fue de madre, pero fue divertido. La mayoría de la gente se acercaba con cariño y yo creo que, por suerte, no se nos fue mucho la olla, que siendo tan jóvenes podía haber sucedido. Yo estoy orgulloso de esa etapa y muy agradecido. En cuanto a los compañeros, la vida nos ha llevado por lados diferentes, pero los sigo  y me alegro de sus éxitos. Con los que hablo más a menudo son Adam Jezierski y con Javier Calvo, que era mi compi de camerino.

Jacobo Monteclaro, en 'La Promesa'

Y ahora das vida a Jacobo Monteclaro en 'La Promesa', otro fenómeno fan.
Sí, lo estoy disfrutando tanto. Me he reencontrado con muchos compañeros de trabajos anteriores y luego he conocido a otros nuevos estupendos, como Amparo Piñero (Martina), que es maravillosa. Voy feliz a trabajar, con una sonrisa, y eso es genial. 

¿Jacobo nos va a dar muchas sorpresas?
Tiene muchos grises que no sabemos muy bien a donde le llevarán. Es el hijo menor de un barón que siempre tiene la sensación de ser el segundón y no llegar a tiempo a nada, y eso le hace tener muchas inseguridades y muchos fantasmas. Con él he tenido que hacer un ejercicio de entenderle en su contexto histórico y no juzgarle. Lo estoy gozando mucho.

Qué bonito rodar en un lugar tan maravilloso como el Palacio de El Rincón. ¿Se ha pasado por allí alguna vez Tamara Falcó?

Yo no la he visto nunca (risas).

Sofía Escobar, la mujer de su vida

Acabas de ser papá por segunda vez. ¿Cómo lo compatibilizas con el trabajo? 
Memorizo bastante rápido y también tengo mis trucos. Voy repasando los guiones cuando vuelvo de dejar a mi hijo en el cole, voy en metro, paseo al perro o cuando me ve meto en la cama para dormir. Relleno huecos para tratar de sentarme a estudiar lo menos posible y dedicar tiempo a mi familia. 

Además, tu mujer también es artista y eso complica un poco la logística, ¿no?
Nos coordinamos y formamos un buen equipo.  Pero a veces sí es un lío. 

¿Os conocisteis trabajando?
No, la vi en el musical 'El fantasma de la ópera' en Londres y la escribí por redes. Empezamos a hablar y luego, al mes, yo volví a Londres.

Estuvisteis viviendo allí un tiempo, ¿verdad? 
Sí, dos años. Aproveché para estudiar interpretación y canto en la Royal Academy of Music e hice algún trabajo. Pero llegó un momento que decidimos volver a Madrid, donde soy muy feliz. 

¿Y tu mujer, que es portuguesa, está feliz en Madrid? 
Está muy contenta. Y luego, solo tarda 50 minutos en avión en llegar a Portugal, porque ella trabaja allí. 

¿Habitualmente? 
Sí, es jurado de 'Got Talent Portugal' y también ofrece conciertos. Ha protagonizado muchos musicales.

Lleváis 12 años casados, ¿cuál es vuestro secreto?
Una relación requiere trabajarla y cuidarla mucho, pero las recompensas son maravillosas. También aquí me parece muy importante mantener vivo al niño interior y no caer en la rutina, algo en lo que ella me da mucha caña. 

De nuevo, papá

¿Y cómo estáis viviendo esta nueva paternidad muy buscada desde hace años?
Superbién. Ha sido todo un regalo. Ser padre es lo mejor que he hecho en mi vida. Quiero a mis hijos con toda mi alma. Estoy en un momento  muy pleno a todos los niveles y doy gracias. 

Ya se te habría olvidado lo de cambiar pañales... 
¡Qué va! Es tan repetitivo que en un día lo recuerdas todo (risas). 

Proyectos futuros

Se ha anunciado que tienes en proyecto el musical 'Cabaret', ¿verdad?

Sí, estoy encantado. Es historia del teatro musical; la película, historia del cine y su argumento, con esas corrientes de odio, por fuerte que parezca, no caduca. Yo he crecido viendo 'Cabaret'. Además, mi personaje, Ernst Ludwig, la voz del nazismo dentro de la obra, es muy interesante de interpretar.

¿Te vamos a ver cantar y bailar?

Ludwig es un personaje más actoral que vocal, pero sí tiene un par de canciones. Bailar, creo que no baila mucho, además este no es mi 'area of expertise', aunque puedo defenderme con mucho trabajo (risas).