Se mascaba la tragedia en ‘La última tentación’ cuando se conoció que Lucía e Isaac Lobo acudirían como pareja establecida, mientras que Marina iba a la República Dominicana para ajustar cuentas con sus enemigos. La audiencia no ha quedado defraudada después del primer cara a cara entre las que un día fueron amigas hasta que la traición separó sus caminos y el rencor impide un posible acercamiento. Lucía comenzó a sentir algo por Lobo, quien ya era novio de Marina tras salir de ‘La isla de las tentaciones’. En tan solo unos meses él se percató de que quien le gusta realmente era Lucía y finalmente Marina se quedó compuesta y sin novio, además de muy dolida por lo que ha entendido como una traición. Ante estos antecedentes de hecho, las dos examigas han ajustado cuentas en el círculo de fuego que el programa ha dispuesto para que nada quede entre bambalinas.

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“Ibas de amiga y le criticabas a él sobre mí para que me viera mal”, comenzó a disparar Lucía a viva voz, lo que encendió un enfrentamiento entre chillidos y reproches. Marina entiende como una “guarrada” lo que su amiga y su novio le hicieron, a lo que su contrincante no se niega, pues comprende el dolor que ha provocado, pero no las formas con las que ha sido respondida. “Tienes un complejo de inferioridad y de todo que no te lo crees ni tú y le haces estas cosas a la gente para sentirte mejor”, gritaba fuera de sí una Marina llena de dolor tras pasar los peores meses de su vida, al sentir la traición en sus propias carnes, la misma que meses antes le había hecho sufrir a su anterior novio, Jesús.

El duro cara a cara de Marina y Lucía: reproches, confesiones y un final inesperado
Foto: La última tentación

Lucia no estaba dispuesta a quedarse atrás y no quiere que su imagen pública sea pisoteada por caer en un error, aunque ella no lo entienda como tal pues tan solo seguía los designios de su corazón que le han llevado a encontrar el amor en Isaac Lobo. “Me encanta lo que me has dicho, porque demuestra que siempre quieres sentirte superior a mí”. Esta apreciación, como cabe esperar, no ayudó a calmar el ambiente reinante y siguieron profiriéndose reproches. Marina acusa a su amiga de que mantuvo relaciones sexuales con su chico cuando aún estaban juntos, a lo que Lucía lo niega con rotundidad, confesando que es cierto que empezaron su relación muy pronto, justo cuando Lobo rompió con ella, pero prefirió hacerlo así que ser desleal a su amistad y, sobre todo, a sus sentimientos: “Eso es mentira. Hasta que no vino a Cádiz no pasó nada”, asegura.

Marina no se cree a su examiga y mantiene en todo momento su certeza de que algo pasó durante los 8 meses que duró su romance con Lobo y la convivencia con Lucía y es que casi formaron un triángulo, aunque la peor parada de esta historia no tuviese conocimiento de que en su relación eran más de dos. Dolida, no pudo más que desearle a Lucia que no sufra lo que ella ha sufrido estos meses, que nadie le haga lo mismo y le haga sentir el desprecio y el dolor que ahora le inundan. Pero Lucia le recuerda que ya lo sintió con Manuel, su novio al llegar a la tercera edición de ‘La isla de las tentaciones’ y ahora su peor enemigo.

El duro cara a cara de Marina y Lucía: reproches, confesiones y un final inesperado
Foto: La última tentación

Poco a poco se fueron relajando y es que al final no estaban tan alejadas como creían. Marina ha reconocido que entiende los sentimientos que tenía Lucía, aunque no comparte las formas en las que al final se desarrollaron los hechos. “He estado ocho meses dándole vueltas a la cabeza y no fue hasta que lo tenía claro que se lo dije. Lo hice lo mejor que pude. Le debía respeto a Marina, pero el corazón es el que manda”, se excusa Lucía, que reconoce que le escribió un mensaje a su amiga explicándole lo que sentía por su novio, pero que luego no fue capaz de cogerle el teléfono por vergüenza, al no saber cómo enfrentarse a la realidad ante la evidencia de que no estaba haciendo las cosas bien, aunque sí de corazón.

Una vez saldadas las cuentas, Sandra Barneda le ha hecho la pregunta más importante del proceso en el que consiste el círculo de fuego. La presentadora ha pregunta a Marina si Lucía merecía una segunda oportunidad, lo que ponía en el aire su permanencia en el concurso. Finalmente, tras pensárselo, ha dicho que sí, que todo el mundo se merece una segunda oportunidad, incluida ella, a pesar del dolor que le ha causado. Dicho esto, Lucia no ha tenido más que dar las gracias, pedir perdón por el mal provocado y despedirse con dos tímidos besos en la mejilla ante la posibilidad de ser rechazada. Marina los aceptó y cerró una etapa dolorosa, pero de la que habrá salido fortalecida.