En la primera parte de la final de 'Supervivientes 2020', Ana María Aldón ha contado por qué sufrió una crisis de ansiedad en su regreso a España. Hace dos días, la mujer de José Ortega Cano aterrizaba en Madrid con el resto de compañeros del reality. Al salir del aeropuerto de Madrid Barajas Adolfo Suárez, la andaluza perdía los nervios y lloraba ante las decenas de cámaras que se agolpaban para inmortalizar la vuelta de los finalistas.

Cuando Ana María pisaba suelo español después de 14 semanas en Honduras, lo hacía siguiendo las estrictas medidas de seguridad a las que obligan las autoridades sanitarias para frenar el avance de la pandemia: protegiendo sus manos con guantes y cubriendo su rostro con una mascarilla. También llevaba una gorra y cascos en los oídos para evitar escuchar los comentarios de los admiradores y para que no oyeran las preguntas de la prensa. Al ver el panorama que la rodeaba, Ana María se derrumbaba y estallaba en llanto en medio de la multitud.

El comentario que desestabilizó a Ana María

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Jorge Javier Vázquez le ha preguntado a José qué sintió al llegar a la capital. A Ana María, emocionada, volvían a brotarle las lágrimas desde la palapa que ha montado la dirección del programa a las afueras de Madrid. "Quería volverme para atrás. No quería seguir adelante. Me afectó algo que me que dijeron", respondía.

Las palabras que escuchó y que la desestabilizaron por completo tienen que ver con su hija Gema. "Me dijeron qué tal me había sentado que mi hija se sentara en un plató de televisión y lo que menos me esperaba era que mi hija se sentara en un plató. No sé el motivo, qué ha podido pasar y la verdad es que fue un bajón tremendo", admitía.

El presentador la tranquilizaba dándole más datos sobre la presencia de su hija delante de los focos. "Tu hija estuvo en 'Sábado Deluxe'. La entrevista fue muy normal y ella estuvo muy tranquila. Se la llamó porque has llegado a la final de 'Supervivientes", le ha aclarado. "Se la llamó porque es hija de una de las personas que han llegado a la final y puedes estar muy orgullosa de cómo hizo la entrevista". Al escuchar esta explicación, Ana María enseguida se ha tranquilizado. "Gracias por tus palabras. Estoy muy agradecida a tus palabras porque me dan una tranquilidad", apuntaba.

Tocada y hundida, se sincera con Rocío Flores

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"Estoy hundida, no me puedo creer cómo ha sido la llegada a España. Sabiendo que no puedes tener la información del exterior cómo te dicen eso... No tengo ganas de vivir. No tengo ganas de hacer pruebas ni de seguir en el concurso. Me dan ganas de escapar". Con estas palabras, Ana María se desahogaba con Rocío Flores una vez que se instalaban en el complejo La Cigüeña, donde todos los finalistas están aislados guardando cuarentena. "No puedes pasar por la borda 14 semanas de concurso", le decía la hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco en un sincero intento por animarla. No se te puede joder el concurso en las últimas semanas".

Su hija la apoya desde el plató de Telecinco

Ana María Aldón hija Gema

Mientras Ana María mostraba ante el público, su hija Gema escuchaba con atención sus inquietudes. Entendía la preocupación de su madre. Cuando se sentó en el Deluxe, la joven explicó que su progenitora siempre fue una mujer independiente. Y que su relación con Ortega Cano se basaba en el amor, no en el interés. "No estaba con él por la fama, hay personas a las que les gusta inventarse historias, mi madre no ha ido en busca de dinero, ha sido muy trabajadora y ha tenido su dinero", indicaba.

Asimismo, admitía que no le hicieron gracia las declaraciones que hizo sobre su abuelo: "Me dolieron mucho". Y es que hace apenas una semana, Ana María Aldón destapaba una dura realidad de sus años de infancia: de pequeña sufrió el maltrato de su padre, un hombre agresivo que se ensañaba especialmente con su madre. "Fue una bestia humana. Durante años torturó a mi madre. Nosotros lo veíamos. Soy la menor de seis hermanos. Nos agarrábamos debajo de la cama día tras día. Desde que tengo uso de razón he querido tener un cuchillo en la mano para matar a mi padre. Quería crecer y ser mayor de edad. Esos días acababan de la peor manera posible. Al día siguiente agachaba la cara de vergüenza cuando veía a mi madre con la cara morada. Mi madre era un ángel que cayó del cielo". Su desgarrador testimonio conmocionó a la audiencia y a su propio marido, quien ha admitido no conocer la mayoría de detalles de su pasado familiar.