Los tres grandes desastres 'estilísticos' de los Premios Goya 2024

Los Premios Goya, el evento más destacado del cine español, nos regala cada año grandes momentos en la  alfombra roja que consiguen dejarnos boquiabiertas. En la edición de 2024, celebrada en Valladolid, algunas estrellas del séptimo arte optaron por estilismos que, más que deslumbrar, dejaron a todos preguntándose si habían confundido el evento con la fiesta de Carnaval. Entre risas y suspiros de incredulidad, aquí presentamos los tres peores estilismos que marcaron la noche.

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Pilar Ordoñez se enfundó en un vestido saco de Ágatha Ruiz de la Prada con bajo asimétrico. El diseño estaba confeccionado en un crepe rojo vibrante que, sí, encajaba con la tendencia que imperó en la 'pink carpet', sin embargo este año había nivel, y este vestido no llegó a brillar del todo.  El cuello redondo con las mangas sisa, el corazón de lentejuelas al frente, el tocado simplemente no funcionaron. Completó el look con unaszapatos metalizados también en color rojo con gran plataforma y tacón ancho que no llegaban a encajar del todo con el vestido. Este estilismo bien se podría haber utilizado en una noche de fiesta, pero, quizá, para unos Premios Goya, se quedó a medio gas. El bronce se lo dedicamos a este diseño arriesgado. 

Cayetana Guillén Cuervo y su vestido tridimensional

La actriz se pasó de frenada con este vestido negro de transparencias que creaba flores 3D. Isabel Sanchís firmaba este diseño y lo cierto es que sus colecciones son de lo más innovador, pero la silueta no nos llegó a convencer del todo. Lo curioso de este vestido es que estaba hecho con pelo de caballo y aunque este tipo de creaciones no pueden estar más de moda no nos encaja demasiado con este acto. Por ello le damos la plata. 

La esposa de Fele Martínez, Mónica Regueiro, se llevó el oro al look más estrambótico de la noche. El estilismo estaba formado por un vestido camisero sin mangas con botonadura frontal, solapas y bajo asimétrico. Sobre él agregó un bustier negro efecto piel con péplum de terciopelo y, por si era poco, se calzó con unos salones con tira de sujeción gruesa en el tobillo que no tenía demasiado sentido; unos guantes negros y transparentes, melena rizada al viento y unos pendientes cascada bien largos, claro que sí. 

Huelga decir que la moda es subjetiva y que cada elección refleja la personalidad y el estilo de cada individuo. Sin embargo, en una noche en la que la excelencia cinematográfica debería brillar, estos estilismos desafortunados robaron parte del protagonismo de las artistas que lo llevaban. Aunque el arte de vestir es una expresión personal, es difícil pasar por alto algunas elecciones cuando parecen más un intento de destacar a toda costa que una declaración de estilo genuino.

 

A pesar de estos deslices, es importante recordar que la moda es cíclica, y aunque algunos estilismos pueden caer en la categoría de "¿en qué estaban pensando?", siempre habrá oportunidad de redimirse en futuras alfombras rojas. Por ahora, estos desaciertos quedarán en la memoria colectiva como lecciones valiosas de lo que no se debe hacer en el camino hacia la perfección 'estilística'.