Deberás dejar de esperar que sucedan cosas fuera, de esas que no dependen de ti o escapan a tu control, para ser feliz. Recuerda que, a veces, esperando la gran felicidad lo único que pasa es la vida. Disfruta de lo que tienes, de lo que eres y de lo que está a tu alcance. Si sigues posponiendo tu felicidad a cuando pase una cosa, o pase la otra, permanecerás en la insatisfacción permanente.

Haz un esfuerzo por observar todo lo que te rodea y centrarte en ello. Disfruta de tu casa, de tus seres queridos, de tu salud o de los recursos que estén en tu mano. Si no te sientes feliz no es porque tenga que pasar algo, sino porque no te estás dando permiso. El problema se encuentra dentro de ti.

Si el desánimo o la frustración va a mayores, o te afecta en exceso, habla con alguien de tu confianza o con un médico o terapeuta. Te vendrá muy bien practicar ejercicio o, por lo menos, caminar a paso ligero como si llegaras tarde a algún sitio.

Habrá estabilidad profesional, aunque tal vez deberás plantearte un posible cambio hacia algún sector que te haga más ilusión.