En la antesala del centenario de la Cuesta de Moyano, el día 11 de mayo, ese rincón empedrado de Madrid que huele a papel viejo, a tinta rescatada y a historia viva, la Reina Letizia ha vuelto a hacer lo que mejor se le da: recordarnos la importancia del apoyo a la cultura. Y lo la hecho —como gran amante de la lectura— con un ánimo muy alegre y un estilismo sencillo, elegante y que dejaba entrever que asistía a esta cita de buen grado y con mucho estilo. Doña Letizia ha paseado por lo que el propio Paco Umbral definió como “la calle más leída de Madrid”, con un look lleno de microtendencias.
No era una visita cualquiera. La Cuesta de Moyano, con sus casetas alineadas (e inclinadas) y repletas de pequeños tesoros, cumple este 2025 cien años de existencia. Y lo hace en plena efervescencia de proyectos comunes con su homóloga francesa, los bouquinistes del Sena, quienes comparten con los libreros de Madrid esa extraña y maravillosa condición de resistir a pie de calle, entre el tráfico y los transeúntes, defendiendo la letra impresa como superhéroes sin capa. La Reina, que ha hecho de su apoyo a la cultura una constante, ha querido sumarse de forma presencial a esta cita con un look bicolor que a nadie a dejado indiferente.
La Reina Letizia visita la Cuesta de Moyano con el trench de cuadros más versátil y súper tendencia
Robert Smith
El trench de cuadros vichy de la Reina Letizia
La prenda más rotunda del look fue, sin duda, la gabardina de cuadros vichy en blanco y negro firmada por Mirto, una pieza que la Reina ya había lucido durante los meses más duros de la pandemia y que ahora resucita con una lectura renovada. Confeccionada en un patrón tres cuartos, sin ceñir la silueta y con cuello camisero —una alternativa moderna y refinada al clásico cuello con solapas—, esta prenda encapsula a la perfección la sofisticación relajada que domina el armario de la Reina en sus apariciones menos protocolarias. El vichy, estampado que evoca tanto la dulzura campestre como la rebeldía mod con un giro actual, vive esta primavera un auténtico revival.
Bajo el trench, la Reina optó por unos pantalones negros tobilleros de corte recto y tiro medio, confeccionados en un tejido ligero y mate que aporta un aire pulido y que compensaba el print de la gabardina. Un básico sí, pero de esos que hacen avanzar el look sin robarle protagonismo a la prenda statement.
El bolso de tachuelas y las bailarinas tipo Mary Janes
Robert Smith
El bolso de 'archivo' de la Reina Letizia: estilo Valentino, pero de firma española
Doña Letizia, no dudó en desempolvar de su colección de bolsos un diseño de Uterqüe, una firma que otrora escogía día sí, día también, pero que, desgraciadamente, echó el cierre hace años. Este diseño tipo shoulder con asa fina contaba con una solapa tipo sobre rematada con tachuelas metálicas al más puro estilo Valentino.
Babies Paula Negro Charol de Sézane 155 euros
Sézane
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En cuanto al calzado, Letizia estrenó unas bailarinas negras estilo Mary Jane de la firma Sézane -una firma con la que coquetea mucho últimamente- con doble tira cruzada al empeine, acabado acharolado y un tacón cuadrado bajo, cómodas pero con carácter.
Este tipo de calzado ha sido recuperado por casas como Prada o Chanel en sus últimas colecciones y las firmas de moda low cost no han tardado en imitarlas. Por lo que es muy fácil encontrar modelos similares en firmas como Massimo Dutti, Zara o Mango.
El mono rojo de Mango que la Reina Letizia estrenó en Panamá
(Gtres)
Una elección más sobria después de su 'lookazo' en Panamá
Lo cierto es que este acto llega después de unos días de emociones intensas. El pasado domingo, Día de la Madre, protagonizó un emotivo reencuentro con la princesa Leonor en Panamá, a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Para la ocasión, Letizia estreno un mono rojo vibrante de Mango —con escote halter y pernera ancha— que pertenecía a una temporada pasada y que ha envejecido con muchísima dignidad en su armario. La elección de ese look, exuberante y matizado, parecía querer recordarnos que la maternidad, el deber institucional y el amor incondicional pueden expresarse también en términos estéticos, sobre todo cuando hay que cenar en un barco. ¿Qué opción mejor había? Pocas.
Tras esta aparición en un entorno tan castizo, la esposa del Rey Felipe VI retomará la semana que viene su agenda institucional con nuevos compromisos públicos. Lo hará, previsiblemente, con ese equilibrio tan suyo entre solemnidad y naturalidad, volviendo a desplegar un vestuario que, sin grandes estridencias, sigue acaparando titulares y atención mediática. Porque más allá de las alfombras rojas o los eventos de Estado, hay en su forma de vestir una narrativa silenciosa, casi literaria, que dialoga con el momento, el lugar y la historia. Y eso, como los buenos libros, siempre deja huella.
El look de la Reina Letizia en la Cuesta de Moyano por su centenario
Robert Smith
Hasta entonces, su visita a la Cuesta de Moyano nos deja una estampa poderosa: la de una Reina que camina entre libros, saluda a libreros, escucha, se detiene, mira portadas y tal vez —quién sabe—compra algún ejemplar de su editorial favorita.