Cuando el pasado viernes salió a relucir la agenda oficial de los Reyes Felipe y Letizia de cara a los próximos días, nadie podía imaginar que contarían con uno de los miembros de la Familia del Rey. Esta no es otra que la Infanta Elena, que pese a permanecer alejada de la institución en lo que a los actos oficiales se refiere, este jueves, 5 de junio, ha reaparecido en el Palacio Real de El Pardo en representación de la Corona. Lo ha hecho para hacer entrega de los Premios de la XXXIV edición del ‘Concurso de Pintura Infantil y Juvenil para Centros Escolares’ de Patrimonio Nacional, cuyo objetivo, según indica la página web de la Casa Real, es “que los niños y jóvenes en etapa escolar puedan acercarse a la historia y contenido de los Reales Sitios a través de la expresión artística”.
La Infanta Elena con una falda muy original.
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Aunque para la Infanta Elena el ámbito estilístico no está quizá tan presente en su día a día como en el de la Reina Letizia, en esta ocasión ha querido hacer gala de un look muy propio de sí misma, aunque con matices. Si algo la caracteriza, es el uso de las prendas elegantes y sobrias, algunas incluso un tanto creativas que le otorgan su sello más personal. Para su esperada reaparición vinculada con la Corona, la hermana mayor del Rey Felipe ha salido de su zona de confort y ha apostado por un pantalón fluido de estampado tipo patchwork en tonos azules, que ha combinado con una sencilla camisa azul noche completamente ceñida. En los pies, se ha decantado por unos salones negros, y una melena con ondulaciones muy marcadas. Un peinado que se ha convertido en uno de sus favoritos por excelencia, y al que ahora ha recurrido en esta importante cita.
Con una sonrisa de oreja a oreja, doña Elena ha dejado claro que está encantada de que desde la institución sigan contando con ella para actos de este tipo. Y es que, aunque es cierto que permanece centrada en su trabajo y alejada de la Corona en lo que a los actos de agenda se refiere, su compromiso con esta es inquebrantable, y así lo ha demostrado con el paso de los años. Por ello, siempre que su hermano requiere su presencia, la Infanta no duda en aceptar la invitación para seguir siendo una figura de suma importancia dentro de la Familia del Rey.
La Infanta Elena, muy contenta en su último acto oficial.
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Al menos de momento, se desconoce la razón que ha llevado a la Infanta Elena a hacerse cargo de este evento. Normalmente son los Reyes, sus hijas o doña Sofía, quienes desempeñan actos relacionados con la institución. Sin embargo, teniendo en cuenta que la Princesa Leonor y la Infanta Sofía están fuera de Zarzuela, y que la mujer de Juan Carlos I podría estar viajando a Nueva York para reencontrarse con su nieta, la hija mayor del Rey emérito se ha convertido en la mejor baza de su hermano.
La experta en marca personal Ana Jiménez analiza la reaparición oficial de la Infanta Elena: "No puede ser una coincidencia"
Desde SEMANA, nos hemos puesto en contacto con la experta en marca personal Ana Jiménez para analizar este asunto: “Durante años, la habíamos visto en un segundo, casi tercer plano, más dedicada a su trabajo y a su vida personal, apareciendo esporádicamente en eventos taurinos o encuentros familiares discretos. Este inesperado retorno plantea muchas preguntas sobre lo que significa, cómo puede afectar tanto a su imagen personal como a la institución, y qué puede aportar la Infanta a esta nueva etapa”.
Además, nos recuerda que “el alejamiento de la Infanta Elena de los actos oficiales de la Casa Real no fue casual. Tras la abdicación de don Juan Carlos y el comienzo del reinado de Felipe VI, se marcó una clara línea: la Familia Real se reducía a los Reyes, sus hijas y los Reyes eméritos. Los hermanos del Rey, aunque formaban parte de la familia, pasaban a un segundo plano institucional, sin funciones ni asignaciones públicas. Este movimiento buscaba sanear la imagen de la Corona y centrar el foco en el nuevo Rey y su heredera”, ha continuado.
Es por ello que llama especialmente la atención el “regreso de la Infanta Elena a la agenda oficial”, que para la experta mencionada, “no puede ser una coincidencia”: “Es un claro mensaje, una declaración de intenciones por parte de la Casa Real”. Por un lado, indica que “podría interpretarse como una necesidad práctica: la agenda real es densa y los Reyes no siempre pueden abarcarlo todo”. Es por ello que la pieza de la primogénita del Rey emérito podría ser clave ante el cúmulo de trabajo: “Contar con la Infanta Elena, una figura con experiencia y conocimiento del protocolo, podría ser una forma de aliviar esa carga y cubrir ciertos compromisos institucionales. Es como cuando en una empresa familiar, alguien que se había retirado vuelve para echar una mano en un momento de necesidad o de reorganización”.
Sin embargo, para Ana Jiménez, “también podría ser una estrategia más profunda”: “La Casa Real podría estar buscando reconectar con una parte de la ciudadanía que siente un cariño especial por las Infantas, o quizás proyectar una imagen de mayor unión familiar y estabilidad”.