Nuria Roca y su marido Juan Del Val son las personas conocidas de la familia. Dedicados a la escritura y a las colaboraciones en televisión, ambos son rostros conocidos desde hace años. Desde hace uno meses, Nuria es una de las colaboradoras de 'El Hormiguero', y su marido acaba de publicar, 'Candela', está siendo todo un éxito.

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Aunque hemos sabido ciertas cosas sobre su familia, desconocíamos otras muchas, como la labor que hace Ángeles, la madre de Juan Del Val, y por supuesto, suegra de Nuria Roca. Este fin de semana, Ángeles se ha convertido en portada del suplemento 'Papel' de El Mundo, donde ha contado cuál es la sorprendente labor que hace desde hace años presidiendo una asociación. A sus 78 años, Ángeles lleva 40 años acogiendo a internos que están de permiso penitenciario y que no tienen a dónde ir al frente de la Asociación Pro Recuperación de Marginados (Apromar) en el barrio de Entrevías, asociación que preside. La madre de Juan Del Val cuenta con seis pisos y 43 camas para acoger a reclusos que no tienen a dónde ir cuando salen de la cárcel.Ángeles empezó con una habitación, y ahora cuenta ya con una asociación que tiene seis pisos dedicados a acoger a personas que no saben qué hacer con sus vidas al salir de la cárcel. Pero ella no está sola, tal y como cuenta el medio, la asociación tiene la ayuda de una psicóloga, de un educador, de una cocinera, un ama de llaves y ocho voluntarios.

Juan Del Val ha compartido orgulloso la labor de su madre

https://www.instagram.com/p/Bx5I8saCvjQ/Juan Del Val está orgulloso de lo que hace su madre como presidenta de esta asociación y no ha dudado en compartir el reportaje que le han hecho: "Esta señora es una mujer monumental... Y entre otras cosas mucho más importantes, también es mi madre", escribe.

Nuria Roca también ha compartido el reportaje en su Instagram

https://www.instagram.com/p/Bx5JUvOIczZ/"Ángeles. La abuela del millar de presos. La abuela de mis hijos. La madre de Juan. Mi suegra", comentaba en su Instagram.Ángeles ha querido desvelar cómo empezó todo. "Un día el cura de la parroquia La Estrella dijo que no había voluntarios para ir a las cárceles y yo me ofrecí. Fui al reformatorio de jóvenes de Carabanchel (...)", explica. Después de momentos duros, en tres años ya tenía en marcha su asociación, que a día de hoy continúa con su labor.