El sábado, la revista SEMANA conseguía uno de los testimonios más buscados del caso de Daniel Sancho. El joven, desde su primera declaración, mantuvo que acudió con dos chicas a la ‘Full moon party’ (la fiesta de la luna llena). Una declaración que se había dado por válida porque ninguna de las dos testigos había declarado ante la policía. Una de ellas, de hecho, intentó ponerse en contacto con los agentes y la respuesta fue, según ella, despedirla amablemente. “Nunca llegó a la fiesta de la luna llena. Estaba con una chica y se fue con ella en la bicicleta. Cuando ya iba a ir a la fiesta, se detuvo en la comisaría y allí dijo que su amigo había desaparecido y ellos… pues ya sabes el resto”, nos decía una de las chicas, a la que conoció la mañana después del fatídico suceso. Ese, como ya advertíamos, era solo un extracto de una extensa conversación con ella.
Hablamos con la chica que estuvo con Daniel el jueves 3 de agosto
La revista SEMANA ha podido hablar largo y tendido con esta testigo clave en los hechos, y no duda en contar todo lo que vivió junto al hijo de Rodolfo Sancho ese 3 de agosto en Ko Pha Ngan. Describe a un Daniel risueño, tranquilo y bastante amable, al que conoció sobre las 11 de la mañana en una playa cercana al bungalow donde, supuestamente, se perpetró el crimen: “Él no me dijo nada de Edwin ni de todo lo que se supone que había pasado, actuó normal todo el rato”, nos dice con total franqueza. Este medio repregunta, intentando saber más de la actitud que mostraba Daniel ese día y ella se muestra muy tajante: “No vi nada extraño. Hablaba todo el rato de sobre los lugares que había visitado en el mundo. Me dijo que vino a Tailandia para boxear, pero que con el dedo como lo tenia no iba a poder. Su idea era marcharse”.
La herida de Sancho, intentando “abrir un coco”
Y es que Dani, como él se presenta, llegó a Salad Beach con una herida visible en la mano. ¿Su intención? Marcharse de Tailandia, algo que contrasta con las informaciones que lo situarían allí hasta finales de agosto: “Yo estuve con él hasta por la tarde. Es cierto que tenía una herida en el dedo, pero nos dijo que se la había hecho abriendo un coco”, nos cuenta la chica que pasó con él su último día en libertad antes de acudir a la comisaría. Ese momento, para ella, también se tiñe de oscuridad, y es que ha tenido que vivir una de las peores semanas de su vida: “Te he respondido por humanidad. Ha sido una semana muy dura para mi, me quedé en shock. Y sigo en shock. Me enteré de que Daniel estaba en prisión y que lo había confesado todo por un artículo de la prensa española. Es todo muy triste e incomprensible”, nos confiesa.
Su corazón está con la familia Sancho, tal y como nos cuenta, no sin antes aclararnos que ella no es la que acude con Daniel a interponer esa denuncia que lo deja bajo la tutela de la policía: “La chica con la que fue a la comisaría era otra. Con ella había quedado en bici para ir a la fiesta de la luna llena, aunque nunca llegaron, claro”.