Saray Montoya, exconcursante de realities de Mediaset, ha logrado una victoria judicial frente a su suegro y su cuñado que le hace respirar más tranquila, tras semanas de auténtico miedo. Este miércoles se enfrentaba a su familia política, a quienes ha acusado de intentar asesinarla hasta en dos ocasiones, asestándola 13 puñaladas tras un allanamiento de su morada. El juez de instrucción número 7 ha encontrado pruebas suficientes que demostrarían las duras acusaciones de Saray, por lo que ha concedido su petición judicial y ha decretado una orden de alejamiento por la cual la familia de su marido no podrá acercarse a ella a menos de 200 metros de ella, su madre y su hija. Además, por sentencia judicial tampoco podrán ponerse en contacto con ellas por ninguna vía, con la única intención de proteger su integridad física y psicológica.

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Saray Montoya se defiende de las acusaciones de haber iniciado la pelea familiar

El juez que investiga las agresiones que sufrió Saray Montoya el pasado mes de julio en su domicilio de Cerro del Águila ha comprendido que su situación corre peligro. Las agresiones podrían repetirse y para evitarlo ha querido protegerla con una orden de alejamiento contra su familia política. Esta medida a la espera de que se determine a ciencia cierta qué sucedió aquel día. De saltarse esta orden, su suegro y su cuñado sumarían a los supuestos delitos otro más de quebrantamiento de orden judicial”, como así ha informado la abogada de Saray Montoya a la salida del juicio y cuya declaración al completo puedes ver en el vídeo que abre esta noticia.

Saray Montoya

Eso sí, el miedo de Saray Montoya no ha cesado por completo, entre otras cosas porque aún se desconoce el paradero de su suegro y su cuñado: “Sigo esperando que se entreguen o que la policía los detenga”, asegura a la salida de la vista judicial. Eso sí, para ella lo peor no lo ha sufrido físicamente: “Los daños más fuertes que sufro son los del corazón, porque la familia de tu marido son también tu familia”, asegura. Eso sí, nunca perdonará las 13 puñaladas recibidas, como tampoco la que le asestaron a su hija Naiara, de 20 años, a escasos centímetros del corazón o la herida en el ojo izquierdo que le provocaron a su madre.