María Isabel tenía planes en firme de jurar amor eterno y casarse, después de que su novio, Jesús Marchena, hincase rodilla en el suelo y le pidiese matrimonio en una de las pedidas más románticas con Maldivas como telón de fondo. Todo parecía un sueño para la pareja, que ya tenía planes para pronunciar sus votos con toda su familia y amigos como testigos el próximo verano del año 2023. Sin embargo, sus intenciones se han ido al traste de la noche a la mañana, aunque ni de lejos se quejan, pues la razón que les hace cambiar sus planes no podría ser más feliz.

La cantante estaba muy ilusionada con la idea de pronunciar el ‘sí, quiero’ que le uniría al hombre con el que desea pasar el resto de sus días. La pedida de mano durante sus exclusivas vacaciones fue “el momento más especial” que marcaba un año “lleno de emociones”, pero no solo por su intención de pasar por la vicaría, sino también porque se van a convertir en papás por primera vez. Y este es el principal motivo por el que María Isabel no podrá vestir de blanco, al menos no el próximo verano, como ya estaba organizando.“No se imaginan la de emociones que estamos viviendo, la ilusión que nos hizo desde el primer momento… Nos sentimos realmente bendecidos y estamos viviendo sensaciones únicas”, detallaba la cantante días atrás a través de sus redes sociales al dar la buena nueva. Pero esta feliz espera tiene sus consecuencias, sus vidas van a cambiar de forma radical, que comienza incluso antes de que el pequeño llegue al mundo, pues ha obligado a sus padres a echar el freno en sus planes de contraer matrimonio y posponer la boda para un futuro aún sin determinar. Ya no será el próximo verano de 2023, como se había anunciado y como ya estaban organizando de cara a tener todos los detalles listos para el feliz día. Ahora tienen más tiempo para organizarse, aunque visto de otra forma, también tendrán menos tiempo vital, pues su bebé les reclamará toda su atención y ellos encantados de disfrutar viéndole crecer.

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Foto: Instagram

Así se lo ha hecho saber María Isabel a sus más de 200.000 seguidores en Instagram, mientras respondía las preguntas que sus fans le hacían y a las que ella respondía sin mayor reparo, aunque se alejen de su perfil profesional y se centre en su faceta más íntima. Las cuestiones iban desde cómo lleva el embarazo, cómo está ella y su novio en esta etapa o qué pasará con la boda, a lo que María Isabel se ha confesado: “Obviamente la hemos aplazado, ya que la propiedad es el bebé ahora mismo y de casarnos tendremos tiempo”. Es más, parece que su intención ahora es esperar bastante, pues desea que sea su bebé tenga un papel importante el día de su boda: “Me encantaría que nuestro bebé nos llevara los anillos”.