Qué queréis que os diga. Odio las bodas, así que cada vez que un amigo (o alguien que decía serlo) no me invita a la suya yo estoy encantado.
A Paz Padilla le ha dolido que Belén Esteban no le invite a una boda para la que, por cierto, aún no tiene fecha, pero recordemos que cuando la presentadora de 'Sálvame' (a estas alturas la palabra 'suplente' sobra) se casó solo invitó a los directores de su programa. Sus motivos ya los explicó en su momento, pero las acciones de cada uno tienen consecuencias.Belén Esteban no se caracteriza por ser diplomática y posiblemente no había necesidad de que evidenciara en directo sus diferencias con Paz, porque una cosa es lo que decimos y otra lo que hacemos. Y yo me quedo con lo segundo. En este caso, la afirmación de que no la invitará a su boda es un hecho en sí misma.
Ya quedó claro en su momento que a la princesa del pueblo no le sentó demasiado bien no ser invitada al otro enlace, así que ahora le ha devuelto la misma moneda. Insisto, sin tener fijada la fecha de la boda (o al menos eso dice) y sin haber desvelado cómo va a ser el enlace, si de gran formato o más íntimo.Ignoro cómo son las relaciones entre los múltiples presentadores de 'Sálvame', que últimamente son multitud, pero si me fiara de lo que leo, no atraviesan por su mejor momento. Tampoco sé muy bien en qué acabará todo esto y si estas supuestas desavenencias les afectan como a primera vista parece.
Entiendo que cuando uno se casa elabora la lista de invitados en función de sus afectos, también de sus intereses personales, porque, no nos engañemos, en muchas ocasiones son también una manera de estrechar relaciones laborales y sociales o incluso de hacer negocio.En fin, que la boda de Belén Esteban ya está dando mucho que hablar y eso que aún no se ha concretado nada. La que nos espera...