Luis Miguel, imputado tras la última denuncia de su exmujer, Aracely Arámbula

‘Fiesta’ dio a conocer que el ‘Sol de México’ había sido imputado por supuestamente incumplir la manutención de sus hijos con Araceli Arámbula.

Pese a que Luis Miguel está pasando por uno de sus mejores momentos a nivel profesional y sentimental, un problema frente a la Justicia ha azotado su vida. El ‘Sol de México’ ha sido imputado por la Fiscalía General de Ciudad de México por supuestamente no cumplir con la manutención de sus hijos, fruto de su matrimonio con Aracely Arámbula. Una decisión que pone en jaque la aparente tranquilidad de la que gozaba el cantante tras haber hecho ‘sold out’ en su próximo concierto en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid y estar inmerso en una idílica relación amorosa con Paloma Cuevas.

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Tal y como recordaba ‘Fiesta’, Luis Miguel sigue siendo protagonista de una batalla judicial con la que fuera su compañera de vida por el presunto impago de sus obligaciones económicas con sus hijos, Miguel y Daniel. Una información que el intérprete de ‘La Bikina’ niega rotundamente al defender que paga “religiosamente la manutención de sus hijos y que tiene pruebas para demostrarlo”. Según el programa de los fines de semana de Telecinco, el artista indica que, aunque él acerca al juzgado de la ciudad el dinero pertinente, es Aracely Arámbula quien no se acerca a recogerlo, razón por la que se acumula allí.

Sea como fuere, todo apunta a que el próximo 15 de noviembre, Luis Miguel tendrá que acudir a las dependencias judiciales para enfrentarse a la denuncia de su exmujer por los motivos mencionados. Una cita que coincide con la intensa gira por América del mexicano, a la cual dio pistoletazo de salida a comienzos del pasado mes de agosto y no cerrará hasta el 31 de diciembre en la Riviera Maya, donde tiene previsto pasar la Nochevieja junto a la ex de Enrique Ponce.

El 'Sol de México', un fenómeno imparable con el apoyo de Paloma Cuevas

Este desplazamiento del artista a los juzgados tendrá lugar justo unas horas antes de su actuación en el Estadio Banorte, en Monterrey. Son tres los shows que Luis Miguel dará en este lugar antes de desplazarse a Ciudad de México, donde tiene marcados en su agenda nada más y nada menos que siete conciertos, todos ellos con el cartel de aforo completo colgado. Esto demuestra que el éxito del mexicano no tiene límites a lo largo y ancho del globo, y especialmente en la tierra en la que su popularidad subió como la espuma.

Cabe destacar que en todos y cada uno de estos conciertos, Luis Miguel contará con la fiel compañía de Paloma Cuevas. La modelo se ha convertido en uno de los pilares fundamentales en la vida del ‘Sol de México’ y así lo ha demostrado en los últimos meses, en los que ha viajado al otro lado del charco para permanecer al lado de su pareja en uno de los momentos álgidos de su carrera. Por si fuera poco, la cordobesa también ha estado presente en eventos de índole privada como la boda de Michelle Salas, hija del cantante, en la que dejó entrever que el vínculo con los seres queridos de su novio es sumamente positivo.

Luis Miguel, en el ojo del huracán por el precio de las entradas de su próximo concierto en Madrid

Esta imputación por parte de la Fiscalía General de Ciudad de México probablemente haya caído como un jarro de agua fría sobre Luis Miguel, y no es para menos. Hace tan solo unos días, todo era felicidad en la vida del intérprete al poder presumir de haber agotado entradas en su próximo concierto del 6 de julio de 2014 en Madrid. Una actuación marcada por los elevados precios de los boletos, los cuales hacían que muchos de los seguidores del mexicano no pudieran permitirse asistir a su cita en la capital española.

En cuanto salió a relucir el costo de los tickets, el cual ascendía hasta los casi 1.500 euros, las redes sociales estallaron. Muchos fueron los usuarios que se quejaron de que los precios que se habían estipulado para ver en directo a Luis Miguel eran demasiado altos incluso en zonas con visibilidad limitada dentro del estadio del Real Madrid, a los cuales calificaron como “una barbarie” e incluso “absolutamente prohibitivos”.