Lo prometido es deuda y aquí estamos de nuevo. ¡Y cómo! Letizia ha vuelto a pisar el Palacio Real para una cena de gala en honor del presidente de Portugal. Ya lo avisaba en el anterior post: atención todos, vamos de tiros largos y tiara. Y no nos ha defraudado. ¡Todo lo contrario!
Regresa la Reina, nuestra Reina de siempre, la atrevida, la que sorprende e incluso la que mete la pata. Y no lo digo por esa pierna que asoma con picardía... A mí me ha dejado ojiplática. Por fin.
La última vez que la vimos en otra cena de gala palaciega fue en noviembre de 2017, para agasajar al presidente de Israel, Reuven Rivlin, y la esposa de este. Entonces recuperó un dos piezas con corpiño y falda de mantón de Manila de Lorenzo Caprile, su antiguo modista amado (al que este año ha entregado una de las Medallas al Mérito en las Bellas Artes). Esta noche en principio no pintaba demasiado "espectacular", considerando el perfil bajo que había adoptado, por eso este regreso cobra un significado muy especial.
¿Os acordáis de aquellos famosos brazos tonificados de Letizia?
El vestido es un diseño Made in Spain de Ana Locking, diseñadora toledana que debuta en el vestidor de Letizia. Pertenece a la colección primavera-verano de 2017. ¿Lo tenía guardado? Nos felicitamos por la novedosa elección y ahora pasamos a los detalles...
Pierna y zapatos de Nina Ricci.
Largo, azul marino, de manga larga, ligera cola, cuajado de perlas en diferentes tamaños que podrían simular lunares (¡tan españoles!) y confeccionado con estratégicas aberturas en las sisas, las mangas y en la falda. Desde luego, no está hecho para todos los gustos. En el cuerpo de una Reina resulta de lo más arriesgado.
No me olvido del otro gran highlight de la noche: la tiara. Letizia ha llevado la tiara Cartier, por primera vez acoplada en su testa. Hablamos de una pieza histórica del Joyero Real, que en su día legó la Reina Victoria Eugenia y de ahí ha pasado a las sucesivas Reinas españolas. Y fue precisamente la esposa del Rey Alfonso XIII quien la encargó allá por 1920 a la famosa joyería que le da nombre...
El maquillaje ha vuelto a ser de esos trabajados, con mucho eyeliner oscuro y mucha pestaña postiza.
Es un diseño típico de la época, inspirado por motivos egipcios, realizado en platino, brillantes y ocho grandes perlas. Otra perla corona la parte superior, aunque Letizia ha optado por lucirla sin ella.
La Reina Victoria Eugenia solía llevarla completa, no así la Reina Sofía, quien recurrió a esta tiara en numerosas ocasiones. También se la vimos a la infanta Cristina. ¿Es un guiño hacia su suegra?
Los pendientes de chatones han terminado el tema joyas del look, que en este caso igual ya pesan demasiado en la mezcla con tanta perla. Preciosos, lo son.
Súper pestañas...
Detalle del moño, en el que se encajaba perfectamente la tiara.
La otra curiosidad es que otra persona ya brilló con este modelo. En concreto, la actriz Marta Nieto en los Premios Feroz de 2017. Juzgad vosotros...
La cola...
Y de regalito, os dejo otra anécdota de la noche, y es que a Letizia se le saltó la botonadura de la espalda durante el brindis. Gajes del oficio...
¿Quién se lo abrochó?
Con esta cena se daba por finalizado el primero de los tres días de visita oficial del mandatario. Mañana continuaremos ruta. En lo que respecta a Letizia, volveremos a verla por la noche para la recepción ofrecida por el presidente en el palacio de El Pardo. Otra ocasión de gala, de esas que nos gustan y a la que esperamos sacar provecho. Como hoy. ¡Gracias y saludos!
La Reina, sonriente ante el objetivo de nuestro querido Rafael López.
Nos vamos con la imagen de la Letizia más regia y "perlada"... ¡Mil gracias!