Ya han pasado 10 años desde el repentino fallecimiento de Concha García-Campoy, a los 54 años. La muerte de una de las periodistas más reconocidas de nuestro país, a causa de una leucemia, fue un mazazo para todos aquellos que la admiraban y, lógicamente, para sus seres queridos. Hoy, su hijo mayor, el también periodista Lorenzo García-Campoy, ha querido homenajear a su progenitora con una carta abierta. En ella relata lo duro que es enfrentarse a la muerte de una madre y lo complicado que es superar esa pérdida.

"Concha García-Campoy, mi patrocinadora de felicidad"

Lorenzo García-Campoy
@lorenzogcampoy

El 10 de julio de 2013, Concha García-Campoy fallecía en el Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia tras dos años luchando contra la leucemia que padecía. La noticia sumió a su familia en un terrible dolor. En especial, a sus dos hijos, Lorenzo y Berta, esta última de tan solo 15 años de edad. Lorenzo, fruto del matrimonio de la periodista con el sociólogo manchego Lorenzo Díaz, ha seguido los pasos de su progenitora en el mundo de los medios de comunicación. Trabaja en la redacción de Informativos Telecinco desde hace años.

A punto de ser papá por primera vez con su mujer, Paloma de la Hoz, el hijo de Concha García-Campoy ha compartido en 'Vanitatis' unas palabras llenas de nostalgia y amor sobre –y para– Concha. "Con la muerte de una madre se vive el resto de tus días. Ni se supera ni se cura. Aprendes a vivir con ese vacío. (...). No se me ocurrirá negar que sí, que se puede ser muy feliza pesar de que la vida te arrebate de una forma tan prematura a tu principal pilar. O, como me gusta pensar, a la que fue mi 'patrocinadora de felicidad' en tantas ocasiones".

Una charla con Gonzaló Miró que le marcó

Lorenzo recuerda una conversación con Gonzalo Miró, hijo de la también fallecida Pilar Miró. "¿Cómo se supera la muerte de una madre? ¿Es acaso posible? Son las mismas preguntas que egoístamente le hice a Gonzalo Miró cuando Juan Ramón Gonzalo y él me arroparon en la etapa más difícil de mi vida y que nunca he sabido cómo agradecer ni corresponder. Gonzalo en esa cena fue tremendamente honesto y me advirtió que me quitase esa idea de la cabeza". Una década después, Lorenzo no puede hacer otra cosa que "suscribir plenamente sus palabras".

En este punto de su vida, el periodista trata de apartar la nostalgia y recordar otros '10 de julio' junto a su madre. Porque, como dice él, "no todos fueron así". Unos veranos repletos de recuerdos felices en Formentera e Ibiza, rodeados de amigos y con una Concha García-Campoy que, por unos días, apartaba sus compromisos laborales y audiencias y se entregaba de lleno al disfrute entre los suyos. "Sigo yendo todos los veranos a nuestra Ibiza y me llevo estos recuerdos conmigo: como digo, no me queda otra. Intento crear los míos propios en nuestros sitios, pero es complicado", termina.