Desde que su figura se hizo visible el cambio físico de Kiko Matamoros ha ido casi a la par que su fulgurante carrera televisiva, donde la imagen es uno de los básicos para mantenerse en la picota. Y Kiko ha sabido invertir en él dando un giro radical a su rostro y su cuerpo, a golpe de bisturí y de gimnasio respectivamente.

Kiko se apunta al tatuaje de cejas

Kiko Matamoros

Las cejas pobladas vuelven a estar de moda y el microblanding o retoque de las mismas, es la práctica de moda tanto para mujeres como para hombres. Kiko Matamoros se ha apuntado a esta práctica cuyo coste está comprendido entre los 200 y los 300 euros y su práctica suele incluir diseño, tatuaje y retoque de cejas al cabo de un año.

Kiko y Marta, una pareja que tildan de 'obsesionada' con el bisturí

Kiko Matamoros y Marta López

Las cejas han sido el último retoque de Kiko, que ha encontrado la horma de su zapato en Marta López, su actual pareja, que también pasó recientemente por quirófano y cuyo resultado ha comenzado a mostrar ella misma a través de sus redes sociales. De hecho, Marta ha recibido numerosas críticas, al parecer, por su obsesión por lucir un cuerpo perfecto.

Así era Kiko

Kiko Matamoros

Nada queda de aquel Kiko Matamoros de hace dos décadas cuando comenzó a ser conocido por su trabajo y su gran amistad con Carmen Ordoñez. Su físico, idéntico al de su gemelo Coto Matamoros, a veces provocaba la confusión entre ellos. Algunos kilos de más, orejas de 'soplillo', nariz ancha y párpados caídos caracterizaban la imagen de Kiko.

Sus primeras imágenes junto a Makoke

Kiko Matamoros y Makoke

Sus primeras imágenes junto a Makoke, daban todo el protagonismo a la malagueña. Una mujer explosiva, rubia, con una figura envidiable, que conseguía eclipsar a su chico allá donde se dejaban ver. Durante estas dos décadas que han estado juntos, el cambio físico de Kiko ha conseguido, en este aspecto, robarle el protagonismo a su ya ex mujer.

Otoplastia, Kiko se quita su complejo de orejas de soplillo

Kiko Matamoros

Uno de los rasgos físicos que más acomplejaba a Kiko eran sus orejas. Así que en cuanto vio la oportunidad, Matamoros se sometió a una otoplastia para corregirlo. Una intervención que ronda los 2.000€, que no requiere hospitalización, se realiza con anestesia local y no deja cicatrices visibles.

Pérdida evidente de peso

Makoke y Kiko Matamoros

En unos años, la pérdida de peso de Kiko fue más que evidente. Y es que pasados los cincuenta, Kiko dio un giro radical a sus hábitos alimenticios y a su rutina, cambiando su dieta, aunque eso sí, dándose algún que otro capricho y sin renunciar a alguna cerveza que otra que comparte con sus amigos.

Lifting facial y selfie impactante

Kiko Matamoros

Precisamente perder kilos en un tiempo corto de espacio hace que la piel sufra un descolgamiento y por eso, el polémico colaborador de 'Sálvame' se realizó un lifting facial, una intervención que no es dolorosa y cuya recuperación ronda las tres semanas. El lifting facial es quizá la operación más cara, rondando los 6.000€.

Su salida de la clínica más sonada

Kiko Matamoros

La Clínica Bruselas es el centro estético de confianza de Kiko Matamoros y de otros famosos, que se ponen en las manos de los profesionales que se dedican a mejorar la imagen de quienes acuden a ellos. Pocas han sido las veces que Matamoros se ha dejado ver saliendo de allí y más con un vendaje tan aparatoso como el del lifting.

Sus 'marcas de guerra' visibles en las redes sociales

Kiko Matamoros

Aunque la información de la clínica afirma que las cicatrices de la otoplastia y del lifting facial no sin visibles, lo cierto es que en una de las fotografías compartidas por Kiko Matamoros en su Instagram, éstas sí son perceptibles a la vista, sobre todo las que van desde detrás de las orejas recorriendo las sienes hasta llegar a la nuca.

Blefaroplastia y fuera bolsas de los ojos

Kiko Matamoros

Muchas son las actrices que han cambiado la expresión de su mirada, levantando los párpados caídos, como Renee Zellweger. En el caso de Kiko Matamoros, la blefaroplastia, consiguió, además de levantar los párpados, quitarle sus llamativas bolsas. Algo más de 1.000€ es el coste de esta operación, cuyas cicatrices desaparecen en un máximo de 6 meses.

Su lesión ocular, su talón de Aquiles

Kiko Matamoros

Fue al poco tiempo de comenzar a trabajar en 'Sálvame' cuando Kiko Matamoros confesó que había sido diagnosticado de glaucoma y que en diez años se quedaría ciego total, como así le habían explicado los especialistas. Eso diez años han pasado, Kiko ha perdido la visión de uno de sus ojos, pero continúa con sus ganas de disfrutar la vida al máximo.

Un cuerpo envidiable a sus 62 años

Kiko Matamoros

Una de las pocas partes de su cuerpo que no ha esculpido precisamente en un quirófano, ha sido su cuerpo. Su pérdida de peso ha hecho que Kiko presuma de una musculosa figura donde pectorales y bíceps son su seña de identidad. Constancia y ejercicio es lo que siempre dice Matamoros que le lleva a tener semejante cuerpazo.

Su otra ayuda, los suplementos alimenticios

Kiko Matamoros

Constancia, ejercicio y una pequeña 'ayudita' con los suplementos alimenticios que suelen tomar gran parte de los asiduos al gimnasio. Los batidos de proteínas, han tenido un lugar privilegiado en la despensa de la, ahora casa de la discordia, y han sido varios los miembros de la familia Matamoros, que han sido imagen de una de estas marcas.

El defensor de la audiencia con la mejor sonrisa

Kiko Matamoros

Matamoros también ha pasado por la silla del odontólogo y mientras que hace unos años se cuidaba de mostrar su sonrisa completa, su vuelta a 'Sálvame' como Defensor de la audiencia han hecho que siga la máxima de Isabel Pantoja del "Dientes, dientes". Este cambio en su dentadura con carillas e implantes suele superar los 1.000€.

Su mejor versión, junto a Makoke

Kiko Matamoros y Makoke

Aunque ya están separados y tanto Kiko Matamoros como Makoke ya han rehecho sus respectivas vidas, lo cierto es que fueron, a lo largo de sus veinte años de relación, cuando Matamoros consiguió ser la mejor versión de sí mismo, gracias al bisturí y cómo no, al gimnasio.