Lo de Joaquín Torres con eso de aflojar la lengua ya empieza a ser una constante, no cortarse ni un pelo parece que va a ser su propia seña de identidad. Ya lo hizo con Tamara Falcó, a la cual le diseñó un lujoso ático que no le acabó de convencer y que la hija de Isabel Preysler calificó con estos términos: “La casa es muy moderna, porque es todo acristalado y está hecha para que se te vea desde todos los lados de la casa. Es muy bonita sobre plano, pero quizás para mí no es la mejor de todas”, se lamentó sobre la vivienda que le había costado cerca de un millón de euros y que había estado a su cargo.

Algo que lejos de desmoralizar al arquitecto fue más bien una ofensa y excusa perfecta para contestarle una buena perla: “Se descalifica ella misma, porque no ha sabido interpretar cómo era el plano”, explicaba para el programa del Mediaset llamado ‘Socialité’, no sin antes despedirse de su anterior cliente tachándola de “pueril e infantil”.

 Joaquín Torres y su insulto abrasivo a Cristina Tárrega

Joaquín Torres es otro, no está para tonterías de ningún tipo, más susceptible que nunca, se encuentra pasando por un delicado momento sentimental con Raúl Prieto, el ‘amor de su vida’ como el mismo ha calificado, pero que en sus últimas declaraciones sobre los rumores de crisis matrimonial tachó de no ser “capaz de darle más” como pareja. Sin saber que le depara en su futuro con su marido, el arquitecto no solo está atravesando un bache amoroso, sino que estaría harto de que todo el mundo opinase sin pudor ni descaro sobre su vida amorosa en los programas de tertulia rosa. A esto se le suman sus recientes problemas de salud, pues el arquitecto continúa arrastrando los dolores por las secuelas de su accidente de moto, por lo que ha sido operado hace unos días. Este clima ha sido el caldo de cultivo perfecto para que estallase contra su popular enemiga, la periodista Cristina Tárrega.

Sobre la comunicadora pesaba la firme acusación y el convencimiento de Joaquín Torres de estar sufriendo magia negra por parte de esta. Una afirmación de la que no se ha desdicho pasado unos meses y en al cual sea mantenido: “La Tárrega, la Tárrega… Una hija de p***, mala como la quina y vulgar hasta decir basta”, decretaba tajante en su última entrevista, donde le ha dedicado unas palabras e insultos llenos de rencor en el pódcast de Ricardo Moya llamado ‘El sentido de la birra’.

Una guerra entre ambos que ya había comenzado con 'brujería'

En este pódcast Joaquín Torres ha relatado su propia vida, explorando con el presentador del formato su propia faceta personal y explicando la profesional como arquitecto reputado. Ambas íntimamente ligadas, pues al estar casado con director de programas de televisión y estar muy vinculado con el trabajo de diseño de viviendas de lujo para 'celebritys', ha acabado por ser un habitual en los platós de televisión. 

Torres, ya sea por su gusto a la hora de criticar a quien sea o por su labor previa en la construcción de varios casoplones de entidades famosas, siempre tiene tema del que hablar. Precisamente, fue en el programa de 'Espejo Público' donde relató que Cristina Tárrega le había declarado la guerra personal y “mística” realizándole un mal de ojo propio de la brujería y magia negra: metiendo su nombre en la nevera, a fin de conseguir llenarlede energía negativa.

Joaquín Torres acudió a un santero para saber si Cristina Tárrega le había realizado un mal de ojo

"Fue Cristina Tárrega, que está tarada perdida, cuando dejamos de ser amigos empezó por ahí. El santero que trataba con Cristina hizo no sé qué rito. Me hablaba de un congelador en el que me habían metido y que yo tenía que encender una vela", relataba ante la mirada atónita de los colaboradores en los debates a cargo de la presentadora Susanna Griso. "Tengo las pruebas del santero que me lo contó. Me había cogido el nombre, lo había metido en el congelador."

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"Y cosas mucho más terribles. Me parece que hace falta estar muy loco", decía tajante y convencido del drama místico que estaba contando a los presentes y a la audiencia, afirmando que la periodista habría empleado con él tácticas de brujería y que le había "hecho de todo" segun seguía relatando sobre el asunto. "Cuando uno entra en esa paranoia, creo que no sabes dónde está el final" decretaba quitándole importancia a las técnicas oscuras que, según el Cristian Tàrrega, le habría realizado en la intimidad para augurarle que todo le fuera mal tars el final de su amistad.