Feliciano López: ¿el malo de la película?

Parece que la vida hay que entenderla en blanco o en negro, los matices no existen para algunos, que tienen una percepción daltónica de la existencia. A día de hoy, parece que en las redes sociales gana Alba Carrilloo a Feliciano López en su batalla mediática tras su esperada separación. Digo bien, esperada, porque a mí al menos no me ha sorprendido.

Alba Carrillo ha construido el primer relato de su relación en primera persona. Una novela con un solo punto de vista 'yoísta' al que le faltan numerosas piezas como para ser completa. Si nos atenemos a las palabras de la modelo, ha despertado de un sueño devenido pesadilla de un momento para otro, aunque si leemos con atención sus declaraciones nos damos cuenta de que su relación estaba muy deteriorada desde hace tiempo.Alba Carrillo se describe a sí misma como una mujer sorprendida, en shock, ajena a las tribulaciones que había en la cabeza de Feliciano y, lo que es más duro para ella, todavía enamorada. Nos pinta a un Feliciano López como Jekyll y Hyde, que el día de la boda era un príncipe y una vez lo besó se fue convirtiendo en sapo progresivamente.En fin, que el malo de la película ha sido él, que no ha hecho otra cosa que tenerse en cuenta a sí mismo y no a los demás, a la modelo y a su hijo.

Así a priori resulta muy fácil ponerse del lado de Alba, ya que Feliciano tiene un historial de conquistador y alguna que otra relación un tanto truculenta, pero él podría decir, como en aquella novela de Eduardo Mendicutti, que no tiene la culpa de haber nacido tan sexy. El tenista ha tenido éxito con las mujeres y se ha dejado querer (también habrá querido: imagino). Es más, Martina Navratilova le acusaba de no trabajar lo suficiente para sacar partido de su gran talento para el tenis.¿Le convierte esto en culpable? Yo creo que no. Me parece mucho más grave continuar con una relación en la que no quieres estar, que se ha convertido para ti en una cárcel y puede llevarte a comportamientos mucho más lesivos para la otra parte. Considero mucho más valiente cruzar el umbral de la puerta y decir hasta nunca que enquistarse en una situación que no funciona.

Cuando alguien no es feliz en una relación lo mejor es dejarlo, a no ser que haya dudas, en cuyo caso se puede recurrir a un consejero matrimonial, un paso que no necesariamente tiene que hacer sobrevivir una pareja. Es más, en una terapia de este tipo se puede llegar también a la conclusión de que lo mejor es emprender caminos separados.Según Alba Carrillo, Feliciano López no le ha dado ninguna explicación, pero a veces los hechos son más elocuentes que las palabras. Ella misma cuenta algún episodio que, de ser verdad, evidencia que desde hace tiempo el tenista quería recuperar la soltería. A veces no hacemos caso a las señales y nos encontramos de sopetón con una bofetada en toda la cara... Posiblemente es lo que le ha pasado a ella.

Feliciano López ha permanecido callado hasta el momento y no ha puesto sobre la mesa sus diferencias con Alba, algo que a mi entender ya habla bien de él, porque abrir una guerra dialéctica no beneficia a nadie. Dicen que quien calla otorga, pero sería más apropiado decir que quien guarda silencio demuestra saber estar y generosidad. Responder a una acusación puede ser duro para el acusador y es más conveniente dejar que el tiempo enfríe los sentimientos y los acontecimientos para que dos personas que ahora mismo están heridas puedan sellar la paz más adelante.

Todos hemos vivido rupturas y si nos hubieran preguntado en caliente habríamos dicho cosas tremendas de las que podríamos arrepentirnos mucho tiempo. Sin ser yo nadie, le recomiendo a Feliciano que siga por este camino, porque una escalada verbal no conduce a buen puerto.Ojalá veamos a Alba y Feliciano en tan buenos términos como la modelo con Fonsi Nieto, el padre de su ex.Es cuestión de voluntad. Y de saber  perdonar.