Kim Kardashian ha puesto en peligro a sus más de 176 millones de seguidores al hacerles ver que una cintura como la suya es normal. Algunas quieren copiarla para lucir su cuerpo, pero esto puede conllevar a muchos riesgos muy peligrosos. Vea el vídeo

En los tiempos que corren, hay que tener cierto cuidado con aquello que compartimos en las redes sociales. Pero quien más cuidado debería tener son aquellas personas que, por su privilegiada posición como famosos, son seguidas por millones de personas de todo el mundo que admiran y copian todo aquello que lucen o hacen. Esto conlleva serios peligros, especialmente si se trata de seguir las últimas locuras de las que Kim Kardashian ha hecho gala estos días en su cuenta personal de Instagram, seguida por más de 176 millones de personas. Ciertas actitudes y acciones pueden entrañar un riesgo en aquellos que no entienden la diferencia entre aquellos privilegiados que hacen carrera explotando su cuerpo al máximo, y el común de los mortales, que tienen muchas otras preocupaciones en mente más allá de estar delgado, tener una piel perfecta, el armario repleto de ropa de firma y demás cuestiones banales.

Algo en lo que ha errado ahora Kim Kardashian, al mostrar en un vídeo cómo logra afinar su cintura gracias a un corsé, hasta el extremo de que bien podría ser abrazada con la palma de la mano. Una locura extrema el mero hecho de ver la diferencia de volumen de su cintura y el de sus pechos y caderas, que le confieren un cuerpo con forma de reloj de arena, que ha generado un gran revuelo en las redes sociales. Son muchos los que han clamado al cielo, al mostrar una estampa tan irreal de un cuerpo humano y pretender que esto se convierta en tendencia entre sus más de 176 millones de seguidores.

Un peligro del que muchos han querido alertar, porque si existen jóvenes con inseguridades respecto a su físico y tratan de adoptar a Kim Kardashian como ejemplo a seguir, pueden contraer desajustes alimenticios o realizar locuras como ya se hacía para tener los voluminosos labios de su hermana Kylie Jenner, que hizo que muchas jóvenes terminasen en el hospital. No es malo querer parecerse a aquella persona a la que se admira, pero caer en prácticas peligrosas que ponen en serio peligro la vida de otros debería conllevar, al menos, un proceso de reflexión sobre qué se logrará con un vídeo como el que ha subido Kim Kardashian. Si lo que buscaba era polémica, enhorabuena, porque ha conseguido una gran dosis.