En la guerra abierto entre su primo,
Kiko Rivera, y su tía,
Isabel Pantoja, la colaboradora se siente entre la espada y la pared. Lo ha pasado muy mal y en la mayoría de las veces que le ha tocado dar la cara en 'Sálvame' ha intentado ser lo más políticamente correcta, para evitar tensar más la cuerda entre los miembros de su familia. Respecto a esta cuestión, Anabel ha dejado claro que ninguno de sus familiares le ha pedido que no hable de determinados asuntos. "A mí ellos no me han puesto una raya en plan 'si pasas por ahí nada'. Los conozco muy bien, llevo 34 años a su lado.
Nadie me ha dicho lo que yo tenga que hacer o en qué lado me tengo que posicionar. Se me ha aconsejado simplemente... Me pongo como un cascarón de huevo porque no quiero estar en medio", zanjaba.
Quien ha hecho nuevas declaraciones sobre la tormenta desatada en Cantora ha sido Kiko Rivera. El DJ, que recientemente se disfrazó de rey mago para participar en un polémico bolo junto a su amigo Omar Montes, ha recordado que la posibilidad de una reconciliación con su madre es prácticamente imposible. Ha intentado mediar y establecer un diálogo con su progenitora, per
o "siempre está a la defensiva, es la que peor lo pasa y lo que más le duele". Con esa actitud le resulta muy complicado un acercamiento que, a día de hoy, sigue sin producirse. Y en el que su prima tampoco puede aportar gran cosa. Anabel Pantoja ha admitido en varias ocasiones que ha intentado mediar para que las cosas se calmen, que ha procurado no avivar más la llama. Pero la tensión es máxima y, de momento, poco puede hacer para que alguno de sus seres queridos dé su brazo a torcer y reine de nuevo la paz en el seno de su familia.