Casi dos años después de la muerte de Álex Lequio, Ana Obregón ha concedido su primera entrevista en televisión. El espacio elegido para hablar largo y tendido sobre el calvario que ha vivido tras el fallecimiento de su único hijo ha sido ‘Mi casa es la tuya’, el programa de Bertín Osborne. Son amigos desde sus años de juventud, así que nadie mejor que él para abrir su corazón en canal como lo ha hecho.

"Estoy, que bastante es". Han sido las primeras palabras de la bióloga al empezar su encuentro con el presentador. "Necesito naturaleza, necesito respirar. Me vengo sola, me vengo a meditar", decía. "Estoy preparada para hablar. Han pasado 20 meses y, bueno, que estoy aquí en un sitio tranquilo en una casita que alquilo los fines de semana". Ataviada con el vestido que se puso "cuando fuimos a Italia para decirle a la familia de Alessandro que estaba embarazada", Ana Obregón ha contado, paso a paso, cómo comenzó la enfermedad de su hijo.

Aless "estuvo tres meses de dolores"

"La gente entiende lo que es infinito. Pero cuando pierdes un hijo sientes lo que es infinito, lo que es el amor infinito y el dolor infinito", explicaba antes de empezar su relato. "No voy a ir de víctima. En una tragedia así las víctimas no somos los padres, aquí los héroes son los que han luchado hasta el final. Las víctimas son ellos. Mi hijo debería estar aquí. Tenía 25 años, Bertín", comentaba, sin poder reprimir las lágrimas.

El cáncer de Aless empezó a mostrar la cara con unos fuertes dolores en la zona abdominal. "Él tenía dolores en el estómago. Estuvo tres meses de dolores", ha contado. "Cuando uno tiene un dolor extraño o algo extraño hay que ir al médico y hacerse pruebas. Un día me llama mi hijo y me dice: 'Mamá, estoy fatal'. Nos fuimos a la Ruber a hacer pruebas ahora mismo. Llamé a Alessandro. Enseguida vino el padre. Siempre ha estado ahí. Es un pedazo de padre". Esa misma noche los médicos les comunicaron que habían detectado un tumor: "Estuve despierta mirándole mientras dormía. Cuando se despertó se lo dijimos".

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Días más tarde "hicieron una biopsia. Nos fuimos a casa. Mi hijo siempre me decía 'mamá biónica, eres tan fuerte'. Fueron 10 días tremendos porque es como esperar tu sentencia de muerte. Me llaman y me dicen: "Es malo y muy agresivo". Y ahí es cuando dije: 'No voy a llorar y voy a ser fuerte. Vamos a luchar contra esto". He sido fuerte cuando mi hijo me necesitaba, ahora no". Ana Obregón ha recordado que su hijo reaccionó "de una manera increíble" cuando se confirmó que padecía cáncer. "El padre vino llorando y lo mandé a casa de mi hermana". "¿Mamá, me voy a curar?", le preguntó Aless. "Y eso es lo que me da rabia: le dije que sí. He sido muy fuerte en ese momento. Luego viene el cómo te enfrentas a eso. Qué es esto. Cómo se cura esto".

Su hijo recibió "quimios de 10 y 12 horas en el hospital"

El cáncer de Aless era un sarcoma de Ewing, "un cáncer que solo da a niños y a gente joven. Es muy agresivo". Para combatirlo, Ana, Alessandro y su hijo viajaron a Nueva York. Allí, Aless permaneció siete meses recibiendo quimioterapia. Hacía sesiones de "quimios de 10 y 12 horas en el hospital. En total hizo más de 100 quimios. Pero yo todos los días le veía tan fuerte. Yo me ponía monísima, me maquillaba y nos íbamos al hospital. Pedíamos una habitación von vistas. Increíble con qué fuerza, con qué sentido del humor se lo tomaba todo. Me llegó a decir: Mamá, perdóname por tener un hijo defectuoso". Bertín apuntaba: "Era un tipo extraordinario". después de aquel periodo de lucha llegaron las buenas noticias: el cáncer se había reducido en un 90%. Regresaron a España esperanzados. "Con el subidón de que iba bien", Aless no tardó en abrir un canal de Instagram para ayudar a otros enfermos: "Empezó a crear un espacio solidario donde animaba a la gente que tenía cáncer".

Ana Obregón
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Pero poco duraría la felicidad de la familia. El cáncer volvería a hacer de las suyas. Entonces empezó una segunda fase más dura, con nuevas y más agresivas quimioterapias. "Aquí no quedaban ensayos ya. Ya no podía ni comer", ha destacado la actriz y presentadora. Empezó la pandemia y las cosas se complicaron. Se fueron a un hospital Barcelona, pero Aless estaba muy mal: "Se moría de dolor".

"Estuve seis meses metida en mi cuarto, me costaba hablar"

"Sufrió muchísimo. ¡Cómo sufrió! No es justo", comentaba, entre sollozos. Lo siento, Aless. Seguro que se está enfadando", relataba Ana. Al final, "Alessandro no se movía del hospital. Lo peor sucedió "un puto lunes", cuando le dijeron "vamos a sedarlo para que no sufra". Ana proseguía su relato con una honestidad encomiable:" Y así fue. Pero él seguía sonriendo. Le sedaron y esa noche estuvimos su padre y yo a su lado cogiéndole la mano. Y se fue. Yo yo me fui con él. Quiero que la gente sepa lo valiente y lo fuerte que fue mi hijo. Valiente hasta el final. Yo me quedé abrazada a él mucho tiempo. Y se lo llevaron. Ahí dejé de ser fuerte. No sé con lo fuerte que fui por qué no lo soy ahora. Me está costando mucho".

Tras darse a conocer la muerte de Aless, Ana recibió un aluvión de llamadas, incluidas dos desde Casa Real: "Nos llamó el rey Juan Carlos a darnos el pésame y luego la Reina me llamó a mí. Estuvo tan cariñosa, pero no sé ni lo que le dije. Y ya no me cuerdo de nada más. Creo que entré en shock".

Lo que vendría después sería una etapa de total oscuridad: "Estuve seis meses metida en mi cuarto. Me costaba levantarme de la cama, me costaba hablar. Me costó casi cinco meses hablar porque el mundo se para". Ana Obregón no ha tenido reparos en reconocer que el día a día se le hace cuesta arriba: "Me perdono la vida todos los días. Me parece tan injusto estar aquí y que él no pueda estar aquí, salir, trabajar, tener una familia, tener hijos". Ahora procura estar centrada en la Fundación Aless Lequio para recaudar fondos a favor de la investigación sobre el cáncer: "Voy a seguir su legado, eso me motiva un poquito". Ese legado es claro: "Lo más importante es el tiempo y el amor que dedicas a los demás. Colecciona momentos, no colecciones cosas. Porque eso es lo que te llevas".