Son pocas las veces que sabemos de la familia de la Reina Letizia. Desde siempre, se han mantenido apartados del foco mediático, siendo conscientes del papel institución que tiene su hija o hermana. Sin embargo, en ocasiones, son "pillados" disfrutando de algún plan, como en la Navidad de este año que vimos a Paloma Rocasolano disfrutar junto a uno de sus nietos. También, últimamente, el foco capta a Telma Ortiz, la hermana de la Reina, que por cuestiones profesionales acude a importantes eventos en los que ha coincidido con Rania de Jordania o más recientemente no se perdió el acto de entrega de medallas de Honor a los expresidentes del Gobierno, Felipe González y José María, organizado por el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), de la que forma parte. Cada vez que reaparece, el foco va hacia su persona e incluso medios de comunicación de todo el mundo se fijan en la hermana de la Reina. Ahora, hablamos con Ana Jiménez, experta en marca personal, sobre la imagen de Telma y como puede afectar a la Casa Real.
La experta en marca pone en contexto sobre la situación: "La semana pasada, Telma Ortiz volvió a colocarse bajo el potente foco de la atención mediática, y no por una foto robada o un evento familiar, sino por un acto ligado a su trabajo. De repente, su figura discreta, casi invisible, acaparó titulares en la prensa nacional e internacional. Esto nos obliga a mirar con lupa la situación de la hermana de nuestra Reina y a preguntarnos cómo este tipo de apariciones influyen en la siempre delicada imagen de la Casa Real española". Asegura que "desde que Letizia Ortiz se convirtió en Princesa y luego en Reina, la vida de Telma cambió para siempre. De ser una cooperante con un perfil más bien anónimo, se transformó en "la hermana de la Reina", un título que vino acompañado de una presión mediática implacable. Su estrategia, hasta ahora, ha sido clara: huir de los flashes, evitar cualquier declaración pública y mantener su vida privada blindada, casi como un tesoro. Esto le ha valido una imagen de mujer seria, profesional y que, pese a la tormenta mediática, ha intentado labrarse su propio camino lejos de los focos palaciegos".
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Telma Ortiz está centrada en su trabajo y alejada del foco mediático
"Pero la reciente aparición de Telma rompe, aunque sea por un momento, con esa norma. No se trató de una foto robada en unas vacaciones; fue un evento formal, de su ámbito laboral. Esto nos dice algo importante: su vida profesional, por mucho que esté alejada del Palacio de la Zarzuela, no puede ser completamente invisible cuando su apellido resuena con tanta fuerza en el entorno de la monarquía. Es una realidad inevitable con la que Telma tiene que lidiar día a día", advierte Ana Jiménez. "
La presencia de Telma en un acto de gran repercusión y el revuelo mediático que generó tienen un impacto directo en la Casa Real y, en particular, en la Reina Letizia. La monarquía española, en un esfuerzo constante por modernizar su imagen y consolidar su posición, busca proyectar una institución sólida, transparente y con sus roles bien definidos", añade.
La experta en marca personal asegura que "cada vez que Telma aparece, se produce un efecto reflejo que es casi imposible de controlar. Por mucho que el Palacio de la Zarzuela intente dejar claro quiénes son los "miembros activos" de la institución, la familia de la Reina Letizia siempre será un punto de interés insoslayable para los medios y el público. La aparición de Telma, aunque por motivos profesionales, desvía la atención hacia esa esfera más personal de la Familia Real, diluyendo, aunque sea solo un poco, el mensaje institucional que la Corona quiere transmitir". "Por otro lado, esta misma visibilidad, aunque no sea oficial, puede tener su lado bueno. Para mucha gente, Telma es simplemente la hermana de la Reina. Su presencia en un evento público, aun sin un papel institucional, humaniza la monarquía, acercándola a la "gente de la calle" a través de figuras más accesibles. Esto puede generar una empatía valiosa y un vínculo más cercano con el público. Pero aquí reside el dilema: si bien puede ser un punto a favor, también borra peligrosamente los límites entre lo que es institucional y lo que es personal, una línea roja que la Casa Real se esfuerza mucho por mantener para preservar la solemnidad de su papel", nos explica.
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La experta en marca personal también nos habla de las comparaciones a las que tiene que hacer frente Telma Ortiz. "Y, por supuesto, no podemos olvidar las comparaciones y expectativas que surgen de forma automática. Cada vez que Telma Ortiz se muestra en público, se analizan sus gestos, su forma de vestir, su actitud. Las comparaciones con la Reina son inevitables y, con ellas, se generan, consciente o inconscientemente, juicios y expectativas sobre la familia de Doña Letizia que la Casa Real simplemente no puede controlar. Es un terreno resbaladizo donde la imagen personal de Telma, por muy profesional que sea su aparición, se entrelaza de forma ineludible con la narrativa de la monarquía".
La experta en imagen de marca confirma que "para Telma Ortiz, su posición es un ejercicio de equilibrio constante. Desde el punto de vista profesional, tiene todo el derecho a desarrollar su carrera y a participar en los eventos que su trabajo requiera. De hecho, su ausencia podría ser incluso contraproducente para su propio camino. Sin embargo, su apellido y su parentesco le otorgan una notoriedad que le es inherente. La clave está en cómo gestione esa atención: con la misma discreción y profesionalidad que la han caracterizado hasta ahora, intentando que el foco se mantenga en el evento o en su trabajo, y no en su condición de "hermana de". Evitar declaraciones personales y actuar con la máxima naturalidad son sus mejores herramientas".
Telma Ortiz acaba de cumplir 50 años. (Gtres)
Ana Jiménez profundiza en los sentimientos encontrados para la mujer de Felipe VI, asegurando que "para la Reina Letizia, la situación de su hermana es un tema delicado que debe manejar con gran maestría. La Reina ha trabajado en construir una imagen institucional impecable, centrada en sus deberes y en la representación digna de la Corona. Por ello, es fundamental reforzar la separación de roles. La Casa Real debe seguir transmitiendo el mensaje claro de que la Familia Real está compuesta por los Reyes, sus hijas y los Reyes eméritos. Los hermanos, aunque son importantes en la vida personal de la Reina, no tienen un papel institucional. Esta delimitación es crucial para evitar cualquier tipo de confusión". "Finalmente, la Reina Letizia es consciente de que sus orígenes y su familia siempre serán de interés. Su mejor estrategia, ante lo inevitable, es la naturalidad. No puede controlar la atención mediática sobre Telma, pero sí puede mantener su propio foco en su arduo trabajo institucional y en la agenda oficial, sin dar pie a comentarios sobre las apariciones de su hermana", añade.
"En definitiva, la reciente aparición de Telma Ortiz es un recordatorio palpable de la compleja realidad que viven las familias vinculadas a la realeza. Para Telma, es un desafío constante entre su derecho a la vida profesional y la omnipresente sombra de la Corona. Para la Casa Real, es una prueba de fuego para mantener la claridad de sus límites y la solidez de su imagen. La discreción, la profesionalidad y una firme delimitación de roles seguirán siendo las claves para navegar en este delicado, pero ineludible, equilibrio", zanja en su análisis sobre Telma Ortiz, la hermana de la Reina.