El curso de la Princesa de Asturias a bordo del Juan Sebastián de Elcano ha llegado a su fin. La Princesa Leonor continúa cerrando etapas dentro de su formación castrense, una de las más extensas de las de las princesas herederas europeas. A diferencia de otras herederas, Leonor estará durante tres años formándose en los distintos ejércitos de las Fuerzas Armadas de España. Después de su curso en la Academia Militar General de Zaragoza para formarse en el Ejército de Tierra y medio curso en la Escuela Naval de Marín, donde comenzó a formarse como Guardiamarina, ahora ha completado su etapa en el famoso buque escuela.

Este final de viaje ya tiene fecha y escenario. El jueves 5 de junio la ciudad de Nueva York será testigo de la última parada de la heredera al trono de España como guardiamarina del Juan Sebastián de Elcano. En ese día su camino se separará del de sus compañeros de promoción y volará de vuelta a España para emprender una pequeña formación en fragatas de la marina española en aguas de nuestro país. A su llegada a Nueva York la esperará alguien de su familia, pero quizás no quien todo el mundo espera. Con la ayuda de la experta en protocolo y casas reales, Diana Rubio, analizamos todo lo que podemos esperar de este simbólico punto final del viaje de Leonor.

“El acto en Nueva York añade dimensión a la proyección exterior de Leonor”

Lo primero que nuestra experta destaca es que “este momento será profundamente simbólico y muy mediático. El desembarco de la Princesa de Asturias en Nueva York representa la culminación de esta primera parte de formación naval, que retomará más adelante en julio”. Diana Rubio continúa resaltando que “Nueva York, como ciudad global y punto estratégico para la diplomacia internacional, añade una dimensión de proyección exterior a la figura de Leonor. Será una imagen cuidadosamente orquestada que unirá tradición, juventud y modernidad, con un fuerte componente institucional donde se habla del desplazamiento de los miembros de varios miembros del departamento de comunicación a Nueva York para la cobertura de este momento”.

“Para un guardiamarina, concluir el recorrido en el Juan Sebastián de Elcano es un rito de paso”, afirma tajante Rubio. “No es solo el final de una travesía marítima, sino el inicio de una carrera como oficial de la Armada” y es que al terminar su formación en este buque escuela ese es el rango que alcanzan los estudiantes. “Este periplo es una experiencia de formación integral que les conecta con siglos de historia naval española. Al tocar tierra, cada uno lleva consigo no solo conocimientos y disciplina, sino un sentido de pertenencia a una tradición”.

Cómo son las escalas del Juan Sebastián de Elcano

Al preguntarle a nuestra experta en protocolo cómo funcionan las escalas del buque escuela, Diana Rubio nos cuenta que “las paradas del Juan Sebastián de Elcano son auténticos actos diplomáticos. En cada puerto, el buque funciona como embajada flotante. El desembarco se realiza con un alto grado de ceremonial: la dotación se forma en cubierta, se interpretan himnos, y hay saludos protocolarios y presencia de autoridades locales, hasta recepciones en el barco en algunos momentos puntuales como vimos en Cartagena de Indias”. Y es que, “todo el acto está diseñado para proyectar imagen institucional, reforzar la presencia internacional de España y honrar los vínculos históricos con cada ciudad visitada”.

Según Dian Rubio, la participación de Leonor en actos como la jura de bandera es importante “porque es parte de su formación como futura jefa del Estado. La participación en estas ceremonias no es un gesto simbólico aislado, sino una inmersión real en la estructura del Estado”. En las últimas semanas se ha rumoreado con la posibilidad de que sea la Reina Emérita, Doña Sofía, la que se traslade a Nueva York para recibir a la Princesa de Asturias, algo que parece una realidad. “Si se confirma la presencia de la Reina Sofía, podría leerse como una maniobra institucional cuidadosamente pensada ya que su figura conserva un fuerte capital simbólico y afectivo. Su presencia aporta continuidad histórica y estabilidad, sin eclipsar a la heredera”.

La Princesa de Asturias paseando en Palma en compañía de su abuela, la Reina Emérita Doña Sofía.

La Princesa de Asturias paseando en Palma en compañía de su abuela, la Reina Emérita Doña Sofía.

Gtres

De alguna manera, la presencia de la Emérita podría verse como una puesta en valor de su papel como parte de la Familia Real. Según Rubio, “la Reina Sofía ha sido y sigue siendo una figura clave. Su trayectoria impecable, su discreción y su vínculo con la ciudadanía la han convertido en un referente. Su aparición en este contexto puede entenderse como un tributo a esa labor callada, pero también como una forma de proyectar una imagen de unidad intergeneracional dentro de la Casa Real, en un momento de transición cuidadosamente guiado”.