Ana Obregón ha decidido cerrar un capítulo muy importante en su vida cargado de recuerdos y emociones al poner a la venta su espectacular mansión en Mallorca. Conocida como 'El Manatial', esta propiedad no es solo una vivienda de lujo: es también un refugio familiar lleno de historia, recuerdos y vivencias personales que han acompañado a la actriz, bióloga y presentadora durante años. La decisión de desprenderse de esta casa, valorada en 30 millones de euros, ha marcado un antes y un después en la vida de Ana Obregón. Te contamos todos los detalles.

Así es 'El Manantial', la joya inmobiliaria de Ana Obregón en Mallorca

Situada en la exclusiva urbanización de Camp de Mar, en el municipio de Andratx, al suroeste de la isla, la vivienda de Ana Obregón cuenta con una extensión de nada menos que 6.000 metros cuadrados de terreno, de los cuales 1.000 metros cuadrados corresponden a la superficie construida de la propiedad. En su interior, la vivienda ofrece siete dormitorios y ocho baños, además de numerosas estancias comunes donde la luz, el mármol blanco y los detalles clásicos conviven rodeados de naturaleza y amplios jardines exteriores con vistas al mar

Pero lo que realmente distingue a esta propiedad del resto de casas de lujo en la zona son sus vistas privilegiadas al mar Mediterráneo, que se disfrutan desde varias de las estancias y terrazas exteriores de la casa. La mansión se alza sobre un acantilado que permite ver el horizonte sin interrupciones, lo que convierte a cada amanecer y atardecer en un auténtico espectáculo privado. Además, la vivienda cuenta con acceso directo al mar dentro de una pequeña playa privada, un privilegio al alcance de muy pocos.

La vivienda fue adquirida por la familia Obregón en los años 90, y desde entonces se convirtió en el centro neurálgico de las vacaciones familiares. Ana Obregón compartió allí largos veranos con su hijo Álex Lequio, así como con su madre y sus hermanas. En entrevistas anteriores, la actriz confesó que 'El Manantial' fue el lugar de algunos de los momentos más felices de su vida, y también de algunos de los más difíciles. Tras la muerte de su hijo en 2020 y, posteriormente, la de su madre, la mansión ha quedado impregnada con una mezcla de nostalgia y dolor que ha sido determinante en la decisión de ponerla a la venta.

El inmueble no solo destaca por sus dimensiones o su ubicación, sino también por la cuidada decoración que Ana Obregón fue definiendo con el paso del tiempo. De estilo mediterráneo, materiales nobles y una paleta de colores suaves dominan cada rincón de la casa. Grandes ventanales, suelos de piedra natural, techos altos y estancias abiertas a los jardines exteriores reflejan su estilo mediterráneo. No faltan tampoco detalles personales, como fotografías familiares, recuerdos de viajes y objetos heredados, que dan alma y carácter a la casa.

La casa de Ana Obregón en Mallorca

Redes sociales (@ana_obregon_oficial)

En cuanto a la venta de la propiedad, el precio inicial de salida de la casa fue de 35 millones de euros, aunque en los últimos meses ha bajado ligeramente hasta los 30 millones. Este movimiento responde a una estrategia de venta más realista, acorde con el mercado inmobiliario de lujo en Baleares, donde la oferta de propiedades exclusivas ha crecido de forma exponencial en los últimos años. La finca está en manos de una inmobiliaria especializada en clientes internacionales, sobre todo alemanes y británicos, que valoran especialmente las propiedades con vistas al mar, privacidad y diseño mediterráneo.

Entre las zonas más destacadas de la finca se encuentra una espectacular piscina infinita, rodeada de palmeras y vegetación autóctona, que se funde visualmente con el azul del mar. También hay un gimnasioprivado, zona de spa, varios salones y comedores tanto interiores como exteriores, así como una cocina de diseño totalmente equipada. El jardín exterior, cuidadosamente mantenido, es otro de los grandes protagonistas de la propiedad, con senderos, fuentes y rincones pensados para desconectar del día a día.

La casa de Ana Obregón en Mallorca

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Este enclave se convirtió en el lugar favorito de Ana Obregón para descansar del ritmo frenético de la ciudad, de los rodajes y de los platós de televisión. Un refugio donde escribir, reflexionar y encontrar algo de paz en los momentos más turbulentos. Incluso en los últimos años, cuando se alejó de la vida pública para cuidar de su hijo enfermo, 'El Manantial' fue su refugio más íntimo. Por eso, desprenderse de esta vivienda implica cerrar definitivamente una etapa marcada por el amor y la pérdida en la vida de Ana.

Por su parte, la decisión de poner en venta la mansión coincide con una etapa de nuevos comienzos para Ana Obregón, centrada ahora mismo en la crianza de su nieta Ana Sandra, nacida por gestación subrogada en Estados Unidos. Con su vida ahora volcada en Madrid y Miami, la artista ha decidido dejar atrás este rincón mallorquín que ya no encaja en su vida actual, por mucho que esté vinculado a su pasado.