Ernesto de Hannover está viviendo unos momentos de lo más complicados en plena batalla judicial contra su hijo mayor. El proceso empezaba este pasado 24 de marzo, pero todo ha dado un giro de 180 grados (aunque con trampa). Y es que Ernesto de Hannover ha tomado una decisión drástica: retirar la demanda contra su hijo, Ernesto Augusto.

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Sin embargo, la demanda no se ha retirado, ya que el proceso judicial sigue adelante, pero ahora él no es el demandante. Ernesto de Hannover ha decidido vender sus derechos sobre la demanda a la compañía EAH Betriebs GmbH de Salzburgo. A esta empresa de cobro de deudas se asoció el príncipe alemán para que ejerciera de segundo demandante. Ahora es esta empresa la que se hace cargo de todos los gastos del proceso, que están estimados en unos 600.000 euros.La decisión de vender sus derechos sobre la demanda a la empresa hace que esta compañía pueda beneficiarse de gran parte de los cinco millones que le demanda Ernesto de Hannover a su hijo mayor. Se desconocen por ahora los motivos que han llevado al príncipe alemán a tomar esta decisión tan tajante.

Ernesto de Hannover se refugia en su mujer, Claudia Stilianopoulos

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© Europa Press.

Ni Ernesto ni su hijo acudieron a la cita judicial, a pesar de que era una cita bastante importante para acabar o no con esta guerra familiar. Ernesto de Hannover se ha estado refugiando en su pareja, Claudia Stilianopoulos, con la que paseaba por Madrid justo el día que se tenía que celebrar el juico. El hijo, por su parte, no dio explicaciones sobre por qué no acudió.

¿Cuándo empezó la batalla judicial?

El gran conflicto empezó hace seis años, cuando su hijo decidió vender el palacio de Marienburg al Estado de Baja Sajonia, por el simbólico precio de un euro. Una salida dolorosa, pero necesaria, según el joven, ante la imposibilidad de mantener el altísimo coste de conservación del histórico edificio. A pesar de que iban a empezar los trabajos de renovación, Ernesto de Hannover logró paralizarlos y ahí comenzó la batalla, legal y personal, con su primogénito.En esta guerra está en juego el patrimonio de la Casa Hannover, que fue valorado en cinco millones de euros. La intención de Ernesto de Hannover es retirar la herencia que dio por adelantado a sus hijos, una decisión que tomó en el año 2004 tras reconocer su dependencia del alcohol. A pesar de que todo parecía ir sobre ruedas, en el año 2018 Ernesto Jr quiso ceder el palacio de Marienburg, la residencia familiar histórica al Estado por los altísimos gastos que suponían su reforma y el mantenimiento. Su padre no estuvo de acuerdo hasta tal punto que decidió dar el paso de demandar a su padre e iniciar así un proceso judicial.