Hay quien se pregunta por qué la boda del príncipe Harry y Meghan Markle ha suscitado tanto interés y ha paralizado el Reino Unido siendo de sexto rango. El componente interracial de ambos protagonistas, sumado al contexto político-social que se respira actualmente en las islas, con el Brexit en boca de todos, tiene buena culpa de ello. La unión del que ha sido soltero de oro de la casa Windsor con una actriz norteamericana mestiza, nacida en el seno de una familia de clase media suponen un choque cultural importante que da como resultado una pareja moderna que rompe con las tradiciones británicas más puras.
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Las andaduras y las circunstancias vividas durante sus 36 años han hecho a Meghan Markle una feminista convencida. Unos principios sólidos y a los que no ha renunciado ni tan siquiera en el día de su boda. Su Alteza Real ha protagonizado algunos momentos que remarcan su ideal. Por ejemplo, caminar sola parte del recorrido que separaba el coche nupcial del altar de la capilla de San Jorge hasta que el príncipe de Gales recorrió con ella los metros finales. El hecho de entrar sola al edificio se ha interpretado como un gesto valiente y que muestra a una mujer independiente. Meghan escuchó a los asesores y aceptó que fuese Carlos de Inglaterra el encargado de llevarla al altar, pero fue decisión suya que fuese su madre, Doria Ragland, la que la acompañara en el coche que la llevó desde el hotel en el que pasó la noche hasta Windsor.
Ya frente a Harry, Meghan cambió la fórmula de dirigirse a su ya marido y ha declinado pronunciar la palabra ‘obedecer’: “Prometo amarte, apreciarte y obedecerte” (“love, cherish and obey” en su lengua materna). Casualidad o no, esta valentía ya la tuvo en su día Diana de Gales, pero el arzobispo de Canterbury, Robert Runcie, se negó en rotundo. ¿Habrá querido tener este pequeño (gran) gesto Meghan Markle con la madre de Harry de Inglaterra?
Independiente
Su Alteza Real ha protagonizado algunos momentos que remarcan su ideal. Por ejemplo, caminar sola parte del recorrido que separaba el coche nupcial del altar de la capilla de San Jorge hasta que el príncipe de Gales recorrió con ella los metros finales.
La influencia
Su madre Doria Ragland la ha educado con estos principios que ya de mayor Meghan fortaleció. Unas convicciones que marcan su personalidad.
Cambio de verbo
Ya frente a Harry, Meghan cambió la fórmula de dirigirse a su ya marido y ha declinado pronunciar la palabra ‘obedecer’: “Prometo amarte, apreciarte y obedecerte” (“love, cherish and obey” en su lengua materna).
Antecedentes
Meghan Markle siempre ha demostrado su compromiso con el movimiento feminista. En 2015 estuvo invitada a un evento organizado por Naciones Unidas, Step It Up For Gender Equality (Levántate por la igualdad de género).
En familia
En febrero de este año, Meghan también acudió junto a su por entonces prometido y junto a Kate y Guillermo, en un evento por la igualdad de la Royal Foundation.
Alzó la voz
"Es interesante que cuando se habla de empoderamiento femenino se dice que hay que ayudar a las mujeres a encontrar su voz. Sin embargo no creo que las mujeres tengan que encontrar su voz, sino que ya tienen voz y solo tienen que sentirse empoderadas para usarla".
Marido y mujer
Gran parte del globo estaba hoy pendiente del que seguramente será acontecimiento del año.
Fuertes convicciones
Meghan escuchó a los asesores y aceptó que fuese Carlos de Inglaterra el encargado de llevarla al altar, pero fue decisión suya que fuese su madre, Doria Ragland, la que la acompañara en el coche que la llevó desde el hotel en el que pasó la noche hasta Windsor.
Matrimonio interracial
La unión del que ha sido soltero de oro de la casa Windsor con una actriz norteamericana mestiza, nacida en el seno de una familia de clase media suponen un choque cultural importante que da como resultado una pareja moderna que rompe con las tradiciones británicas más puras.
Guiño a Diana
Casualidad o no, esta valentía ya la tuvo en su día Diana de Gales, pero el arzobispo de Canterbury, Robert Runcie, se negó en rotundo.
El momento
Con este mimo le colocaba Harry el anillo a su esposa. ¡Qué vivan los novios!
Confianza en Givenchy
Para su día grande, Markle confió en la magia de Givenchy con un vestido de diseño clásico con escote de barco, velo y tiara de Filigrana, una diadema de zafiros de María Feodorovna.