Hoy es el día grande en el Principado, donde se celebra su Fiesta Nacional. Las festividades, aunque han sufrido importantes restricciones a causa de la pandemia, han estado presididas por el príncipe Alberto y Charlène de Mónaco, junto a la princesa Carolina. No obstante, el acto central, la misa Te Deum en la catedral de Mónaco, no se ha suspendido, aunque ha tenido lugar con el aforo reducido a la mitad y todos con mascarilla.
En la misma hemos visto a casi toda la familia Grimaldi unida frente a todo. Faltaban la princesa Estefanía y sus hijas, Pauline y Camille; también Carlota Casiraghi, hija de Carolina… Y los pequeños Jacques y Gabriella, los hijos de los monarcas. Pero si los mellizos han faltado en el servicio religioso, después del mismo hemos podido verlos y el reencuentro ha sido de lo más delicioso.
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Los niños, que cumplirán seis años el próximo 5 de diciembre, se han reunido con sus padres en el palacio a su regreso de la misa. Después han bajado todos juntos a la plaza para disfrutar del tradicional pase de revista a las tropas (que al contrario que el desfile militar no se ha suspendido, pero sí se ha cambiado de ubicación y solo se podía asistir bajo estricta invitación). Los dos lucían sus mejores galas y en especial Jacques, quien ha destacado vestido con su uniforme de soldadito monegasco y haciendo con toda profesionalidad el saludo militar a la vez que su padre.

No en vano Jacques es el heredero al trono de los Grimaldi. Recordemos que en Mónaco rige la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión, y aunque en este caso son mellizos, él fue directamente la primera opción.
A su lado Gabriella nos conquistaba vestida de ‘señorita’, con su vestidito con cuello bebé, sus medias blancas y sus merceditas rojas de charol. La niña siempre suele ser la más espontánea de los hermanos. Se adoran y siempre que se muestran en público nos dejan un buen número de gestos que nos hacen exclamar: ¡Están para comérselos!