Poco a poco, las aguas parecen calmarse en el todavía matrimonio formado por Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. Si tras descubrirse las imágenes del exduque de Palma con otra mujer, que poco después supimos que era Ainhoa Armentia, una compañera de trabajo, la hija de los eméritos entró en cólera y no quería ni verlo. Sin embargo, desde un principio (más o menos) Iñaki intentó hacer las cosas bien, pues al saltar la luz su nueva relación se desplazó hasta Ginebra para mantener una conversación con la Infanta. Una reunión en la que ambos decidieron tomar caminos separados y anunciar que iban a separarse. Sin embargo, ya han pasado casi 9 meses de esos momentos y parece ser que la cordialidad y el buen hacer se ha impuesto.
Tal y como adelanta Vanitatis, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina han estado juntos esta semana en Ginebra. El exjugador de balonmano se desplazó hasta la capital suiza para estar junto a su ex y su hija, Irene, en un intento por normalizar las cosas y mantener una relación lo más cordial posible. Sobre todo por los hijos de ambos y por la familia que han creado a lo largo de sus más de 24 años de matrimonio. Atrás quedaron las rencillas y rencores por parte de la hija de los eméritos, que en un primer momento evitó a toda costa encontrarse con él. Ella, una mujer madura de los pies a la cabeza, es consciente de que a veces los matrimonios se rompen y poco se puede hacer ya. Tan solo queda luchar por el bienestar de los hijos. Eso es precisamente lo que están haciendo.