La familia real británica se ha convertido en diana de infinidad de polémicas que asestan directamente al núcleo duro de la institución. La familia de la reina Isabel II de Inglaterra no le da tregua y cada semana protagoniza una polémica distinta, pero esta vez el escándalo no llega de los miembros habituales, el príncipe Andrés o el príncipe Harry, sino que esta vez le ha tocado el turno de ruborizarse al príncipe Carlos, acusado de haber recibido una sustanciosa cantidad de dinero por parte de la familia Bin Laden. Se trata de una donación supuestamente altruista que alcanza el millón de libras, 1,2 millones de euros y realizada tras reuniones secretas que no han salido a la luz hasta ahora, despertando gran revuelo.

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portada principe carlos, sophie de wessex

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El príncipe Carlos de Inglaterra mantuvo encuentros con los hermanastros del terrorista Osama Bin Laden, cabecilla de Al Qaeda y responsable máximo de los atentados que derribaron las torres gemelas o atacaron el pentágono aquel fatídico 11 de septiembre de 2001. Unas citas que tuvieron lugar en la residencia oficial del heredero al trono británico, en Clarence House, en octubre de 2013, doce años después de los atentados. En estas citas secretas, el príncipe Carlos consiguió establecer lazos de colaboración con la familia directa del terrorista, lo que se tradujo en una donación por parque del jeque Shariq para financiar sus organizaciones caritativas. Algo que ha despertado suspicacias en ciertos sectores de la opinión pública británica, a pesar de que no se le haya acusado a los hermanastros de Bin Laden de pertenencia a banda armada o terrorista. Sin embargo, el vínculo de sangre es suficiente como para que no todos estén de acuerdo con este tipo de transacciones cuyo trasfondo se desconoce.

De nuevo, las donaciones que recibe el príncipe Carlos en sus organizaciones benéficas están en el ojo del huracán. No solo por la realizada por los hermanastros de Osama Bin Laden dos años antes de que fuese localizado en Pakistán y abatido por las fuerzas especiales de Estados Unidos. También por el escándalo que supuso la donación realizada por el empresario saudita Mahfou Marei Mubarak bin Mahfouz, a cambio de títulos nobiliarios y la nacionalidad británica. Pero hay más. También trascendieron con gran polémica los tres millones de euros pagados por el jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, exprimer ministro de Qatar.

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© Gtres.

El príncipe Carlos de Inglaterra tiene un don para que las grandes fortunas del mundo árabe, incluso aquellas contrarias al mundo occidental le donen dinero para sus obras caritativas. Quizá su principal atractivo reside en lo que ofrece a cambio de estas millonarias sumas de dinero, entre títulos nobiliarios y la ciudadanía británica, lo que ha provocado un gran revuelo en Reino Unido y donde ya se le piden explicaciones al hijo mayor de la Reina Isabel II.

Desde la organización del príncipe Carlos han querido matizar este flujo de ingresos controvertido. Ha sido Ian Cheshire, director de la Fundación Caritativa Príncipe de Gales, quien ha salido a la palestra para explicar que “la donación fue cuidadosamente considerada en el 2013. Se tomaron las diligencias oportunas, con información de múltiples fuentes, incluidas las del Gobierno británico. La decisión de aceptar la donación fue tomada por la totalidad de los administradores e insinuar lo contrario no es correcto”, puntualizan. Eso sí, no ha sido suficiente para frenar las críticas de la opinión pública, que ve algo vagas estas explicaciones en las que solo se trata de desvincular al príncipe Carlos de las decisiones que se toman en su propia organización benéfica que, entre otras cosas, lleva su nombre.