El duque de Edimburgo tiene claro que cuando dejó de formar parte de los quehaceres de la familia real británica y abdicar en sus responsabilidades con la institución monárquica, también incluía no meterse en el gran problema que se han topado ahora con la renuncia del príncipe Harry y Meghan Markle a seguir remando en la misma dirección que su familia. Este lunes los Winsor al completo tenían una cita en la residencia de campo de Norfolk, en Sandringham, para negociar qué sucederá tras la decisión de los duques de Sussex de iniciar una andadura en solitario, que les llevará incluso a vivir a Canadá alejados de todo.

A la cita han sido convocados por la reina Isabel II, su hijo, el príncipe Carlos, heredero al trono británico, así como el príncipe Guillermo, siguiente en la línea dinástica, el príncipe Harry y, mediante videoconferencia desde Canadá, la propia Meghan Markle. Sin embargo, antes de dar comienzo a la cumbre, el duque de Edimburgo, marido de la reina, ha decidido abandonar la residencia en un coche y dejando el delicado asunto que amenaza con desestructurar la familia en manos de aquellos que heredarán la Corona y no él que ya ha renunciado a este tipo de asuntos de vital importancia.



Como así sucede con la Reina Isabel II, el duque de Edimburgo está muy decepcionado con su nieto, el príncipe Harry, por querer abandonar sus responsabilidades de representación de la corona británica. No desea formar parte más de las labores de la casa y quiere emprender un nuevo futuro en solitario, trabajando en proyectos personales, mientras su mujer, Meghan Markle, ha firmado un jugoso contrato de colaboración con Disney para retomar su carrera.