El miedo se ha instalado en los pasillos del palacio de Buckingham, después de confirmarse que un trabajador de la reina Isabel II ha dado positivo en coronavirus. Un asunto que no revestiría mayor problemática más que aplicarle la cuarentena y un tratamiento médico adecuado a su caso, sino fuese por el detalle de que estuvo los últimos días atendiendo a las necesidades de la soberana de los británicos mientras incubaba el virus, momento en el que también puede contagiar. Isabel II, a la espera de cumplir los 94 años el próximo mes, es un paciente de alto riesgo, por lo que se están activando todos los protocolos de seguridad para asegurarse de que la reina no se contagie y, si ya es tarde, minimizar su impacto sobre su organismo.

La Reina Isabel II decidió la semana pasada cambiar de refugio e internarse en los pasillos del castillo de Windsor. La soberana ha decidido pasar en su residencia privada la cuarentena, una medida necesaria para huir del avance del coronavirus en suelo británico y ante las débiles medidas de prevención y contención adoptadas por el gobierno del estado, que aún permite la movilidad de las personas por las calles, recomendando tan solo salir en caso de ser necesario, lo que se traduce en que todos hacen una vida normal ante el avance de la pandemia.

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Frente a esta despreocupación, Isabel II ha tomado la iniciativa, poniendo tierra de por medio y recluyéndose en Windsor a la espera de que el temporal amaine. El problema está en que quizá esta decisión llegó tarde, porque antes de emprender camino a su cuarentena estuvo en contacto directo y continuado con un miembro de su corte de empleados que acaba de dar positivo en coronavirus. Una información que, pese a ser confirmada, se trata con recelo por parte del gabinete de comunicación de la casa real.

La trabajadora dio positivo antes de que la Reina Isabel II se fuera a Windsor. El palacio tiene una plantilla de 500 empleados, por lo que, como cualquier lugar de trabajo, no es inconcebible que se vea afectada en alguna etapa”, reconoce una fuente consultada del interior del palacio, que prefiere mantenerse oculta tras el anonimato para no perder su puesto de trabajo. Y es que, por el momento, la versión oficial es más austera y desde Casa Real tan solo se limitan a decir que “no hacemos comentarios sobre miembros del personal” y reconocen que “hemos tomado las medidas necesarias para proteger a todos los empleados”. Medidas que pasan por el confinamiento obligatorio para todos aquellos que han entrado en contacto directo con la persona contagiada de coronavirus, incluida la Reina Isabel II, que ha optado por vivir estos momentos de crisis desde la comodidad de su refugio en Windsor.

Isabel II trata de levantar la moral de su pueblo

El primer ministro, Boris Johnson, se mostró muy blando en un primer momento a la hora de tomar decisiones que plantasen cara al avance del coronavirus en suelo británico. Se mostró reticente a paralizar su país para contener la pandemia, pero poco a poco se ha visto obligado a mostrar un frente unido contra la enfermedad y adoptar las mismas medidas restrictivas que España e Italia hicieron semanas atrás. Eso sí, quizá demasiado tarde como para no sufrir una crisis sanitaria ante el desbordamiento de los hospitales. Ante esta delicada situación, la reina Isabel II quiso salir a la palestra pública vía comunicado de prensa para lanzar un mensaje de optimismo a los ciudadanos, tratando con ello levantar la moral de su pueblo.

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“En momentos como estos, recuerdo que la historia de nuestra nación ha sido forjada por personas y comunidades que se unen para trabajar como una sola, concentrando nuestros esfuerzos combinados con un enfoque en el objetivo común. Estamos enormemente agradecidos por la experiencia y el compromiso de nuestros científicos, médicos y servicios públicos y de emergencia. Pero ahora más que nunca en nuestro pasado reciente todos tenemos un papel vital que desempeñar como individuos, hoy y en los próximos días, semanas y meses. Muchos de nosotros necesitaremos encontrar nuevas formas de mantenernos en contacto los unos con los otros y asegurarnos de que los seres queridos están seguros. Estoy convencida de que estaremos a la altura en este desafío. Podéis estar seguros de que mi familia y yo estamos listos para jugar el papel que nos toca”, aseguraba la reina Isabel II en su escrito, muy a la línea de lo declarado por el Rey Felipe en su misma posición. Y es que en esta crisis ambos soberanos han coincidido en dar ejemplo de solidaridad, confinándose en su casa en plena cuarentena, tan solo rompiendo la monotonía de su rutina con mensajes con los que tratan de hacer que el pueblo no decaiga en su batalla contra el coronavirus.