El beso del triunfo de Kate Middleton para el príncipe Guillermo

Aunque los 'royals' británicos no son muy dados a mostrar sus sentimientos en público, de vez en cuando nos dejan ver retazos de lo que verdaderamente siente su corazón. Y si es amor, nosotros caemos rendidos. Ese es el caso de la última aparición del príncipe Guillermo y Kate Middleton, con ocasión de un partido de polo benéfico en Windsor, en la que el matrimonio estuvo de lo más afectuoso.

La cita tuvo lugar en el Guards Polo Club, donde se organizó un encuentro para recaudar fondos destinados a diversas causas patrocinadas por la Fundación de los duques de Cambridge. La diferencia, en este caso, es que el propio príncipe participaba como deportista. La Familia Real británica siempre ha sido muy aficionada al polo. De hecho, el príncipe Carlos es un magnífico jugador, y también lo era el duque de Edimburgo. En sus buenos tiempos también era habitual ver jugar juntos a los hermanos Guillermo y Harry.

Siguiendo sus pasos, el príncipe Guillermo se enfundó la equipación reglamentaria y se subió al caballo para disputar el partido. Entre el público no paró de apoyarle su esposa, quien se llevó a la nueva perrita de la familia, una spaniel llamada Orla, que ha venido a llenar el hueco dejado tras la muerte de su anterior mascota, Lupo. Esta fue un regalo de James Middleton, hermano de Kate, quien cría perros de raza.

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Kate Middleton estaba muy guapa con un vestido blanco con ribetes negros de la firma Emilia Wickstead, una de las básicas de su armario. Los grandes pendientes de aro de Sézane (que se suman a sus originales últimas adquisiciones), junto a unas sandalias con tacón de cinco centímetros, ponían el acento chic campestre.

Lo mejor llegó al final del encuentro, cuando el equipo del príncipe se alzó con la victoria. Como tal, la duquesa de Cambridge fue la encargada de entregarles el trofeo, que recibió en mano el príncipe Guillermo. Y para celebrarlo, nada mejor que un beso. Aunque fuera en la mejilla. Por un momento se nos ha venido a la mente cuando Diana de Gales hizo lo mismo con el príncipe Carlos en otro partido de polo...

Una rara 'pda', como dicen los británicos (public display of affection), que, sin embargo, revela la enorme complicidad de la pareja tras veinte años de relación y once años de matrimonio que han dado como fruto tres hijos. Algo que transmiten a la perfección y que incluso se refleja en su primer retrato al óleo conjunto, revelado recientemente, en el que posan como una pareja unida.

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