Kate Middleton tiene una imagen blanca y sin tacha. Solo su tío materno parece ensombrecerla. Gary Goldsmith, de 52 años, empresario millonario dedicado a los Recursos Humanos, protagonizó todo tipo de titulares el pasado octubre, cuando agredió a su cuarta esposa, Julie-Ann (48). La pareja, que lleva cinco años casada, discutió en plena calle a su vuelta de una fiesta, y él, al parecer en estado de ebriedad y bajo el efecto de las drogas, acabó dejándola noqueada en el suelo de un puñetazo.
Gary fue arrestado y se dictó una orden de alejamiento contra él. La mujer le echó de su casa, un lujoso ático en Londres, y él se marchó a un hotel. A finales de noviembre, una juez dictaba sentencia sobre el hecho condenándolo a pagar una multa de 5.000 libras y su ingreso en una clínica de rehabilitación. Sin embargo, las cosas parecen haber cambiado radicalmente...
Y es que la pareja ha sido vista junta de nuevo, y además bien avenida. De hecho, han celebrado la Nochevieja y el Año Nuevo en su mansión de Ibiza, en la Villa Tesoro de Oro, que también se alquila. Gary y Julie-Ann se dejaron ver abrazados en la fiesta y él no dudó en confirmar que se habían reconciliado.
Gary Goldsmith aseguró que están yendo poco a poco... El empresario se despidió de la isla balear el pasado fin de semana con una comida frente al mar, en el que considera su paraíso. Y poco antes de finalizar estas vacaciones, retuiteó esta frase: "Cuando dos personas realmente se quieren, siempre buscarán la manera de que funcione, no importa lo difícil que sea". Un mensaje con el que parece sellar esta segunda oportunidad.