Hoy se cumplen 19 años de una de las bodas que removió los cimientos de la realeza. Carlos de Inglaterra se casaba el 9 de abril de 2005 con Camilla Shand (más conocida por el apellido Parker Bowles, el de su primer marido) rubricando así una historia de amor (y también de infidelidades) de más de 35 años.

Lo que pocos saben es que este enlace estuvo a punto de no celebrarse, y no por falta de ganas de los novios. Más de un contratiempo precedió a la que para muchos fue una boda gafada. Hoy, cuando el monarca se encuentra luchando contra el cáncer que padece, recordamos aquel enlace que rompió moldes.

Carlos y Camilla se casaron por lo civil y por la iglesia

Carlos y Camilla celebraron primero una boda civil en el Ayuntamiento de Windsor, con la asistencia de los príncipes Guillermo y Harry.

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Como todos sabemos, los obstáculos que Carlos y Camilla debieron superar para llegar a este momento fueron casi incontables. Nadie daba un duro por ellos, pero, como todo amor de leyenda, pleno de altibajos, sinsabores y hasta tragedias, el final no estaba escrito. Se llegó a hablar de la 'mano negra' del fantasma de Lady Di, primera esposa del entonces príncipe, por entonces ya fallecida, tal y como recordaba el propio príncipe Harry en sus memorias.

Camilla pasó a ser duquesa, pero no princesa de Gales

En aquella época el recuerdo de la malograda princesa de Gales, que murió tras sufrir un accidente de coche en París en 1997, todavía estaba muy presente entre el pueblo británico. Que otra mujer viniera a sustituir a su adorada Diana parecía un sacrilegio. Pero ya nadie pudo frenarlo. La boda contaba con el beneplácito de la mismísima reina Isabel II

La gran mayoría no estaba muy dispuesto a aceptar a la 'malvada' Camilla ni a rendirle pleitesía, por más que ahora fuera a ocupar uno de los principales lugares dentro de la familia Windsor. Por entonces Camilla ni se olía que su suegra, la reina Isabel, antes de morir dejaría escrito que en un futuro Camilla debía ostentar el título de "reina consorte".

Dos bodas, dos vestidos nupciales para Camilla

La boda del entonces heredero al trono británico fue todo un acontecimiento mundial. No era para menos. Y además fue doble. Primero tuvo lugar una ceremonia civil, dado que ambos contrayente eran divorciados. Esta se celebró en el Ayuntamiento de Windsor.

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Camilla acudió con un traje de chaqueta en color crema de Antonia Robinson y Anna Valentine (con su firma, Robinson Valentine), que ya la habían vestido durante el noviazgo oficial con el príncipe. Fue una ceremonia muy privada, que duró solo 20 minutos y a la que acudieron 24 invitados selectos, pero ni asomo de la reina Isabel y su esposo, el duque de Edimburgo.

Carlos y Camilla, en su boda religiosa en Windsor

Carlos y Camilla, en la foto oficial tras la ceremonia religiosa en la Capilla de San Jorge de Windsor.

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Posteriormente se celebró una ceremonia para bendecir su unión, que tuvo lugar en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, el refugio favorito de la reina Isabel, y ofició el arzobispo de Canterbury. A esta cita ya sí acudieron la soberana y su marido, dando carta cabal de esta unión. 

Camilla se cambió de atuendo y lució para el momento solemne un modelo de las mismas modistas, pero con más empaque: un vestido-abrigo largo confeccionado en seda adamascada color azul con bordados dorados de hojas de laurel. En la cabeza, un vistoso tocado vegetal de Philip Treacy

la bendición religiosa del matrimonio de Carlos y Camilla

Un momento de la bendición religiosa del matrimonio de Carlos y Camilla en la Capilla de San Jorge de Windsor.

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La flamante esposa del príncipe Carlos pasó a tener el título de duquesa de Cornualles, no de princesa. Un paso intermedio quizás para no ofender el recuerdo de su antecesora, Diana.

La Casa Real británica retrasó un día la boda de Carlos y Camilla

Eso sí, antes de todo esto y para mantener la emoción, se produjeron una serie de acontecimientos que pusieron pequeñas piedras en su camino hacia el altar. Para empezar, la boda estaba prevista para el 8 de abril, pero justo ese día se se celebraba en El Vaticano el funeral de Estado del Papa Juan Pablo II, al que tenía que asistir Carlos, por lo que decidieron esperan 24 horas más en señal de respeto.

Camilla eligió un vestido corto para la boda civil

Camilla eligió un vestido corto blanco para la boda civil.

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Por otro lado, la novia se puso mala. Los nervios y otras circunstancias le jugaron una mala pasada y Camilla estuvo aquejada de un fuerte resfriado y una sinusitis en los días previos. Afortunadamente se repuso lo suficiente como para dar el "sí quiero". Eso sí, parece que se confundió y se puso los zapatos de distinta talla.

El día de la boda amaneció frío y con lluvia. 'Peccata minuta' para una pareja que había esperado tanto para consumar su amor ante Dios y ante los hombres. Como sabemos, según qué culturas, la lluvia en las bodas es símbolo de buena suerte.

Carlos y Camilla, coronados como reyes en Westminster

Carlos fue proclamado rey el 6 de mayo de 2023, ocho meses después de la muerte de su madre, en la Abadía de Westminster de Londres. A su lado, una radiante Camilla vestida de regio blanco y dorado, tocada con capa de armiño y todos los símbolos divinos y humanos de este ceremonial, entre ellos una de las coronas históricas de la Casa Real británica. Este 'final' sí que hubiera sorprendido a todos los que vivieron su boda en 2005.

Carlos y Camilla han llegado al trono a la edad de la jubilación. A sus 75 y 76 años respectivamente, no son aquellos jóvenes apasionados que se veían a escondidas y desafiaban al mundo tras las puertas de palacio. Hoy son un matrimonio convencional y profesional, aunque igualmente cómplice.

La reina Camilla, con un romántico cuadro con su marido

La reina Camilla, recibiendo un cuadro con un romántico dibujo junto a su marido.

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Carlos y Camilla, hechos el uno para el otro

Comparten su amor por la naturaleza, los huertos bio, los paseos por el campo, los perros (Camilla se bordó a sus dos mascotas en el vestido de la Coronación), la lectura, la música clásica... Ambos tienen un humor socarrón, irónico, típicamente 'british'. En algún momento durante sus viajes oficiales se les ha pillado intercambiando miradas y tratando de contener la risa.

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El matrimonio siempre ha celebrado su aniversario de boda en la intimidad, sin hacer ruido, como en realidad les gusta, y retirados en su residencia campestre de Norfolk.

La gran diferencia en esta ocasión, en la que cumplen 19 años de casados, es que el rey Carlos está atravesando dificultades de salud tras serle diagnosticado un cáncer. A esto se suma el cáncer que también padece Kate Middleton, su nuera. Así que la familia no está para fiestas.

Imagen de archivo de los Reyes Carlos y Camilla.

Los reyes Carlos y Camilla, a la salida de la clínica donde el monarca fue intervenido de un problema en la próstata.

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En su última aparición pública, en la Misa de Pascua en Windsor, Carlos III tranquilizó a todo el mundo luciendo muy buen aspecto y un humor excelente, sin parar de sonreír y hasta saludando a las personas que esperaban fuera. Unos gestos de Carlos que los expertos han interpretado de manera favorable. A su lado, como siempre, su fiel Camilla, que es su gran apoyo.

Carlos y Camilla nacieron para estar juntos. Lo están y no dudamos de que lo seguirán estando.