La Familia Gran Ducal de Luxemburgo acaba de celebrar la tradicional recepción de Año Nuevo. Los Grandes Duques Enrique y María Teresa ejercieron como anfitriones de una gala en palacio, acompañados de sus cinco hijos. Aunque la más solicitada fue su única hija, la princesa Alexandra, ya que esta era su primera aparición oficial tras anunciar su compromiso con Nicolas Bagory. Eso sí, lo más curioso es que su futuro esposo no la acompañó en esta ocasión.

Alexandra de Luxemburgo, de gala con un vino y sin su prometido
Cour Grand Ducale.

Se desconoce si su ausencia se debe a motivos de protocolo, pues hasta que no esté oficialmente casado con la princesa  no formará parte de la Familia Real. El hecho es que Alexandra estaba 'sola', pero encantada a juzgar por sus gestos.

Espectacular con un elegante vestido capa verde de Oscar de la Renta, Alexandra también se puso unas impresionantes joyas a tono, con las esmeraldas como protagonistas, en forma de tiara, pendientes y pulsera con brillantes. En su mano también sostenía una copita de vino blanco, al igual que muchos otros de los invitados, entre ellos los propios 'royals'.

Alexandra de Luxemburgo, de gala con un vino y sin su prometido
Cour Grand Ducale.

Alexandra de Luxemburgo, de 31 años, estaba de un humor estupendo. En estos momentos se prepara para cambiar de estado civil y se muestra muy ilusionada por afrontar esta nueva etapa de su vida. Nada se sabía de su noviazgo con su prometido, un joven francés de 34 años, licenciado Ciencias Políticas y Letras Clásicas, que actualmente trabaja en la creación de proyectos sociales y culturales.

La pareja se casará dos veces: su matrimonio civil tendrá lugar el 22 de abril de 2023 en el Ayuntamiento de Luxemburgo, mientras que la ceremonia religiosa se celebrará una semana después, el 29 de abril de 2023, en la iglesia de Saint Trophyme de Bormes-les-Mimosas. Una boda real muy larga, que esperemos que congregue a muchos invitados de la realeza internacional.

Alexandra de Luxemburgo, de gala con un vino y sin su prometido
Cour Grand Ducale.

Volviendo a esta recepción, además de sus padres, los soberanos, asistieron sus cuatro hermanos varones: el príncipe heredero Guillermo con su esposa, la princesa Stéphanie, en la recta final de su segundo embarazo, por lo que pronto darán un hermanito a su primogénito, Charles; el príncipe Félix, que acudió sin su esposa, la princesa Claire; el príncipe Luis, disfrutando de su soltería tras romper su compromiso el año pasado con la abogada francesa Scarlett-Lauren Sirgue, quien se hubiera convertido en su segunda esposa; y el príncipe Sebastián. Los caballeros lucían traje de gala, de estilo militar o esmoquin, con sus bandas y condecoraciones; y las damas llevaban vestidos largos con tiara.

Alexandra de Luxemburgo, de gala con un vino y sin su prometido
Cour Grand Ducale.

En la fiesta se podían encontrar desde los miembros del Gobierno del país, hasta otras personalidades de las más altas instituciones y del Cuerpo Diplomático. Los miembros de la realeza charlaron distendidamente con ellos en grupos separados, relacionándose con todos como perfectos anfitriones. Las fotografías facilitadas por la Casa Gran Ducal reflejan un estilo muy diferente al de otras Casas Reales, captando sus momentos más relajados mientras disfrutaban de la gala.

portada alexandra de luxemburgo

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