La década vital de los 60 años es la oportunidad perfecta para descubrir nuevas pasiones, cuidarse con intención y disfrutar del tiempo sin prisas ni obligaciones. ¿Cómo se puede conservar la motivación, la ilusión, las ganas de vivir y una mente ágil a partir de los 60? Una experta nos da todas las claves.
La vitalidad a partir de los 60
Una de las preocupaciones frecuentes de ir cumpliendo años es cómo podemos mantener nuestro cuerpo en forma, nuestra mente clara y una buena energía para funcionar en el día a día. La bióloga y neurocientífica Tamara Pazos, autora de Crecer sin envejecer (casi) (Ed. Paidós), explica a SEMANA que controlar la inflamación es fundamental para mejorar la función cognitiva y mejorar la vitalidad. “Lo que se encarga de resolver la inflamación es el sistema inmune. Cuando nos aseguramos de que está fortalecido y de no darle mucho trabajo, salvo en casos de enfermedades autoinmunes y otras patologías en las que la receta no es sencilla, este ejército de defensas podría gestionar el estrés del día a día sin que deriven en grados de inflamación crónicos”.
Para conseguirlo, la experta expone que es necesario priorizar el descanso por las noches. Dormir unas 7 horas seguidas por la noche representa el cimiento de un sistema inmune funcional y eficiente. Mientras dormimos el sistema inmune repara muchos daños del día y también se repara a sí mismo. “Si nos despertamos varias veces interrumpimos las señales que ocurren a nivel interno cuando el sueño es muy profundo y que activan los niveles más exhaustivos de reparación. Además, una dieta completa y nutritiva nos dará una microbiota intestinal variada que va a ayudar a nuestro sistema inmune a estar muy bien entrenado y a funcionar ágilmente”, asegura.
Una mente más ágil
¿Cómo podemos mantener una buena agilidad mental a partir de los 60 años? “Lo más importante para la agilidad mental van a ser las relaciones sociales. En grupo somos menos sedentarios y tomamos mejores decisiones alimentarias. Esto es fundamental para la función cerebral ya que la dieta y el deporte son dos elementos neuroprotectores a los que hay que prestar mucha atención”, afirma Tamara Pazos, y añade que: “Cuando hacemos actividad física contraemos los músculos liberando sustancias con capacidad de afectar a nuestro cerebro de forma positiva. Por ejemplo, estimulan el desarrollo de nuevas conexiones y engrosamiento del hipocampo, relacionado con la memoria”.
Freepik
El deporte también nos ayuda a mejorar la capacidad de atención y concentración, asegura la experta, así como la agilidad y memoria de trabajo, que nos ayuda a procesar la información de forma efectiva. Tener una dieta alta en grasas de buena calidad como el omega 3 también es fundamental, pero también incluir grasas saturadas de lácteos naturales como el yogur que nos ayudará también a cuidar la microbiota, o alternativas de fermentados no lácteos que también nos ayudarán.
Estilo de vida y cerebro
Si la dieta y el deporte son claves para mantener la mente ágil, ¿existe una relación entre el estilo de vida y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer? “La ciencia ha relacionado ya el estatus socioeconómico a la vulnerabilidad para padecer esta enfermedad y/o presentar a presentar síntomas más tempranos con un peor pronóstico. Si bien la enfermedad tiene componentes hereditarios, el contexto en el que crecemos y envejecemos tiene mucho que ver con cómo enfrentamos esta enfermedad”, argumenta la neurocientífica.
Desde la infancia, explica Tamara, vamos desarrollando lo que conocemos como reserva cognitiva. Es la forma en la que nuestro cerebro se estructura y fortalece gracias a estímulos sociales, afectivos, culturales e intelectuales. Todo lo que suponga un reto y estímulo para nuestras neuronas va a engrosar y conectar estrechamente algunas partes del cerebro vinculadas a la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento de información.
Cuando llegamos a la vejez con una buena reserva cognitiva, es decir, un cerebro muy fuerte, aunque nos ataque una enfermedad neurodegenerativa, podríamos decir que tiene más cerebro al que atacar y por lo tanto los síntomas tardan mucho más en aparecer, aclara Pazos. Un contexto socioeconómico con recursos estimulantes abundantes da lugar a cerebros más preparados para la vejez, por no hablar de tener más acceso a tratamientos y mejoras de calidad de vida.
Freepik
Estrategias para mantener la motivación a partir de los 60
Llegar a los 60 es un regalo y mantener la ilusión y la motivación en esta etapa de la vida es clave para disfrutarla como merece. ¿Qué estrategias son las más recomendables para mantener un sentido de propósito y la motivación en la vida después de los 60? “Que una persona experimente vínculos y sensación de pertenencia a un grupo/familia otorgará un sentido de comunidad y propósito que se asocia a una buena autoestima y motivación para mantener hábitos saludables”, arguye Pazos.
Compartir tiempo de calidad con otras personas también se asocia con menos estrés y mejor gestión de conflictos, apunta la experta. Todo esto relaciona una vida social activa y de calidad con una serie de hábitos y estilo de vida que acompaña a ello que beneficiará muy positivamente a la rutina de una persona mayor. También es muy importante que la sociedad tenga una mirada que ponga en valor a la tercera edad.
Freepik
En sociedades como Japón en las que se ha estudiado la relación entre la percepción social y la longevidad, nos comenta Pazos, se ha visto que la puesta en valor que se hace de las personas mayores ayuda a que los espacios públicos y la oferta cultural integren a este sector de la población como algo esencial. Esto, por supuesto afecta mucho al propósito de esas personas que, a pesar de no tener un papel en el tejido productivo, son una parte activa de la sociedad a la que acudir para consejo, cuidados y participación en la vida de las comunidades.
A partir de los 60 se abren muchas posibilidades de autoconocimiento, disfrute y de compartir momentos inolvidables con nuestros seres queridos. Una dieta equilibrada, un buen descanso, ejercicio físico y relaciones personales de calidad son las cuatro claves para una vida más sana, larga y feliz.