Cuando el teletrabajo se instaló en nuestras vidas en plena pandemia, muchos lo recibieron como una bendición: más tiempo en casa, menos desplazamientos y cierta libertad horaria. Pero, con el paso de los años, lo que parecía una solución temporal ha acabado reconfigurando la forma en la que trabajamos, nos relacionamos… y también cómo nos sentimos.
Hoy, trabajar desde casa ya no es novedad, pero sus efectos emocionales siguen dando que hablar. Según un estudio reciente de Unobravo, plataforma especializada en terapia online, el 21 % de los trabajadores españoles asegura que el teletrabajo ha perjudicado su salud mental. ¿Las razones? Falta de interacción, dificultad para desconectar y una soledad cada vez más normalizada.
Entre la flexibilidad y la fatiga
El estudio, realizado con más de 1.500 participantes, confirma tendencias conocidas, pero también revela nuevos matices. En lo positivo, la mejora en la conciliación laboral y personal encabeza la lista (45 %), seguida de una menor ansiedad diaria (38 %) y una mayor sensación de control sobre los horarios (31 %). Además, el trabajo remoto facilita el autocuidado y el ejercicio: el 25 % reconoce haber ganado tiempo para cuidar su salud física y mental.
Pero en el reverso de esta libertad también hay retos. El 30 % señala la falta de conexión social como un problema, el mismo porcentaje habla de la dificultad para desconectar al final de la jornada, y el 26 % confiesa sentirse solo. La línea que separa la vida personal del trabajo se ha vuelto borrosa, y eso, a largo plazo, puede pasar factura.
Uno de los efectos más señalados es la llamada “fatiga digital”: el 25 % de los trabajadores remotos siente que el tiempo frente a pantallas ha aumentado en exceso, lo que repercute directamente en su energía y estado de ánimo. Tampoco ayuda la falta de cambios de entorno, cuando el hogar también es oficina, cuesta más desconectar mentalmente.
Solo el 17 % de los encuestados asegura no haber experimentado efectos negativos en su salud mental, mientras que la mayoría admite haber sufrido al menos una dificultad emocional relacionada con este nuevo modelo laboral.
A nivel geográfico, Murcia se posiciona como la capital del trabajo flexible en España: un 55 % de sus empleados trabaja en remoto o en modelo híbrido. Le siguen Las Palmas de Gran Canaria (con un 30 % de trabajadores totalmente remotos) y Madrid (39 % de trabajo flexible). Pamplona, en cambio, se queda a la cola con solo un 11 % de empleados bajo fórmulas no presenciales.
Curiosamente, los autónomos lideran esta transformación. Un 22 % trabaja completamente en remoto y un 31 % lo hace en formato híbrido. Entre los empleados a tiempo completo, solo un 8 % trabaja exclusivamente desde casa.
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Consejos de expertos para proteger tu salud mental trabajando en remoto
La Dra. Fiorenza Perris, psicoterapeuta y directora clínica de Unobravo, comparte sus recomendaciones:
- Establece una rutina: Define horarios fijos de trabajo, programa pausas y marca el fin de tu jornada para evitar el agotamiento. Una rutina diaria mejora el sueño, la concentración y el equilibrio emocional.
- Mantén la conexión social: Combate la soledad con encuentros virtuales o reuniones regulares con tu equipo.
- Muévete: El movimiento regular mejora el estado de ánimo, reduce la ansiedad y favorece la claridad mental. Intenta incorporar caminatas breves o estiramientos.
- Ábrele la puerta a la terapia: Con el 52% de los españoles más dispuestos a buscar apoyo psicológico tras la pandemia, este es un buen momento para gestionar el estrés, afrontar la incertidumbre y contar con alguien que te escuche sin juzgar. La terapia puede ayudarte a sentirte más centrado y preparado para cada día.
Aunque no debemos olvidar que las empresas también son parte fundamental de este proceso, y debería involucrarse en cómo se sienten sus empleados teletrabajando. Desde Unobravo proponen las siguientes medidas:
- Crear espacios de conexión genuina, virtuales o presenciales.
- Fomentar una cultura abierta sobre salud mental.
- Formar a líderes para identificar señales de malestar.
- Facilitar recursos accesibles: horarios flexibles, terapia online, mindfulness.