El verano no es excusa para no seguir cuidándonos pero no hace falta matarse en el gimnasio para mantenerse en forma. La entrenadora de pilates Laura Cabral ha diseñado una rutina breve pero muy eficaz para poder hacer en verano sin esfuerzo. Solo vas a necesitar una esterilla y un ratito al día para ganar en fuerza y energía.

Pilates, el arte de reconectar contigo

El pilates es una disciplina que se ha puesto de moda en los últimos años, pero no es solo un entrenamiento físico, es una filosofía de movimiento. El método pilates, creado por Joseph Pilates a comienzos del siglo XX, busca mucho más que tonificar: su objetivo es armonizar cuerpo y mente a través de ejercicios conscientes, precisos y controlados.

¿Por qué elegir pilates? Laura Cabral, directora técnica de Corpora Pilates y licenciada en Educación Física, apunta que "el pilates no solo transforma tu cuerpo, también mejora tu respiración, concentración y coordinación. En pocas semanas puedes notar más fuerza, control y energía”.

A diferencia de otras disciplinas que se centran en el esfuerzo máximo, pilates te invita a moverte con intención, desde el núcleo de tu cuerpo (el famoso core). No te machacas en el gym pero tienes unos resultados muy top en poco tiempo.

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¿Por qué todo el mundo habla maravillas del pilates?

Cada vez tiene más adeptos y es que es una practica que cuenta con muchos beneficios tanto físicos como emocionales:

  • Fuerza sin rigidez: Aquí no hay repeticiones sin sentido. Cada movimiento tiene intención, activa los músculos más profundos y te brinda una fuerza real, útil, que se traduce en cómo te mueves en la vida diaria. Trabajas todos los músculos, especialmente los más profundos, sin crear un volumen innecesario. El resultados es un cuerpo fuerte, ágil y esculpido.
  • Postura y alineación: Si pasas muchas horas frente a una pantalla o te sientes encorvada, Pilates puede convertirse en tu mejor terapia. Al activar el centro y alargar la columna, mejoras tu alineación y eso se traduce en moverte (y caminar) con más seguridad y gracia.
  • Respiración como ancla: El control de la respiración es clave. Aprendes a respirar de manera consciente, a oxigenarte mejor y a usar la exhalación como impulso para moverte. Es un entrenamiento para el cuerpo… y un regalo para la mente.
  • Bye bye lesiones: Como se enfoca en el control, la precisión y el alineamiento, es ideal tanto para quienes buscan fortalecer de forma segura como para quienes necesitan recuperarse con suavidad y eficacia.
  • Conexión contigo: Aquí no hay multitasking que valga. Durante una practica de pilates, tu atención está presente, conectada con tu cuerpo. Es una práctica casi meditativa, donde mente y músculos trabajan en armonía.
  • Autoestima: No se trata de lograr un “cuerpo ideal”, sino de sentirte fuerte, segura y en conexión contigo. Practicar pilates te devuelve la confianza, te hace habitar tu cuerpo con más amor y conciencia.
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Puedes practicar Pilates sobre colchonetas o esterilla o bien con máquinas como el reformer, cadillac o silla. Las clases pueden ser suaves o intensas, adaptadas a distintos niveles y necesidades. Lo importante es que cada sesión te acerque más a ti misma y a tu bienestar integral.

5 ejercicios top de pilates

Diseñada por la experta Laura Cabral, esta secuencia exprés se convertirá en tu mejor aliada para llegar al verano sintiéndote fuerte, alineada y llena de vitalidad. Solo necesitas una esterilla, unos minutos al día y tu compromiso contigo. ¿Lo mejor? Puedes hacerla en casa o en el estudio, y está enfocada en tu centro: el core, la movilidad y la consciencia corporal. ¡A por ello!

  1. Rodar hacia abajo ("Roll Down”): Imagina que desenrollas tu espalda como una cinta de seda. Ponte de pie, respira profundo y baja poco a poco, vértebra a vértebra, dejando que la gravedad haga su magia. Al subir, activa tu abdomen y vuelve lentamente. Repite de 5 a 6 veces: tu columna te lo agradecerá.
  2. Estiramiento de columna sentada ("Spine Stretch”): Si tu espalda pudiera suspirar de alivio, lo haría con este ejercicio. Siéntate erguida, brazos al frente, pies en flex. Al exhalar, redondea el torso hacia adelante como abrazando una pelota imaginaria. Vuelve despacio, conectando cada movimiento con tu respiración. Postura, elongación y foco garantizados.
  3. Elevación del pecho ("Chest Lift”): Tumbada boca arriba, comienza a conectar con tu zona abdominal. Al exhalar, eleva suavemente la cabeza y parte superior del tronco. Mantén unas respiraciones, activa tu abdomen, y desciende con control. Un básico que nunca falla.
  4. Plancha controlada ("Leg Pull Front”): Desde cuadrupedia, estira una pierna hacia atrás sin perder la alineación ni la elegancia. Siente cómo trabaja cada músculo y cómo el control postural se convierte en tu nuevo superpoder. Alterna piernas y mantén la atención en tu centro.
  5. El puente (“Bridge"): Finaliza activando glúteos y alargando la espalda. Eleva la pelvis con mimo, vértebra a vértebra, hasta formar una línea fluida desde los hombros hasta las rodillas. Respira, sostén unos segundos, y baja como si tejieras un descenso perfecto.