¿Quién dijo que cuidar el planeta y tener pelazo eran cosas incompatibles? Los champús sólidos son la revolución silenciosa que está conquistando neceseres y estanterías de ducha. Prácticos, sostenibles y muy efectivos, estas pastillas mágicas se han convertido en un básico de belleza que promete dejarte el cabello limpio, suave y el cuero cabelludo más sano… y todo sin una gota de plástico de por medio. Si aún no te has pasado al lado sólido de la vida, una experta nos cuenta todas sus ventajas.
Champú sólido vs champú líquido
Seguro que te estarás haciendo esta pregunta si estás pensando en probar los champús sólidos: ¿Cuáles son los principales beneficios del champú sólido frente al champú líquido? Hablamos con Rocío Lajarín, CEO de Alma Secret y Doctora cum laude en Farmacia, que explica a SEMANA que “el champú sólido presenta ciertas ventajas a nivel de formulación y de sostenibilidad frente al champú líquido. Al no incluir agua en su composición, permite concentrar un mayor porcentaje de principios activos, y además, suele ser más respetuoso con el microbioma del cuero cabelludo. Esto lo convierte en una opción especialmente adecuada para cueros cabelludos sensibles o con patologías como dermatitis seborreica o caspa. Por otra parte, el formato sólido es muy duradero, entre unos 60-80 lavados”.
¿Es apto para todo tipo de cabello? “Es importante primero conocer cuáles son las necesidades reales de nuestro cabello, y elegir el que más se adapta a ellas”. Afortunadamente, hoy en día tenemos en el mercado fórmulas adaptadas a todas las necesidades de nuestro pelo y cuero cabelludo.
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Errores comunes al utilizar un champú sólido
Vale, hemos decidido probar las bondades del champú sólido pero queremos utilizarlo correctamente. ¿Cuáles son los errores más comunes al utilizarlo? La farmacéutica advierte que “uno de los errores más habituales es no dejar secar el champú adecuadamente entre usos, lo que favorece su ablandamiento y reduce significativamente su duración”.
También apunta la experta que se suele subestimar su poder limpiador, por lo que algunas personas tienden a usar una cantidad excesiva y provocar un efecto rebote en cueros cabelludos grasos o sensibilizados. Utilizar un champú sólido con una fórmula que no se adapta a nuestras necesidades puede generar desajustes en el cuero cabelludo, como sequedad, picores o sensación de apelmazamiento.
¿Cuántas veces a la semana se recomienda usar champú sólido para obtener mejores resultados? “La frecuencia óptima de uso depende del estado del cuero cabelludo y del tipo de cabello. En general, los champús sólidos formulados con ingredientes suaves y equilibrantes, pueden utilizarse en cada lavado. Todo dependerá de si el cuero cabelludo aguanta más o menos días limpio”, asegura Lajarín.
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Un producto eco y sostenible
Si has visto o probado champús sólidos sabrás que suelen venir en envases de cartón o envueltos en papel. Según nos comenta la experta de Alma Secret, “el champú sólido se considera más ecológico principalmente por su menor impacto ambiental en todo su ciclo de vida. Al eliminar el agua de la fórmula, se reduce el uso de envases plásticos, ya que se puede presentar en envoltorios biodegradables o reciclables. Además, al ser más compacto y ligero, disminuye significativamente la huella de carbono asociada al transporte. Otro punto clave es que sus fórmulas, como las que contienen tensioactivos suaves derivados del coco y activos botánicos, suelen ser más biodegradables y respetuosas con el medio acuático, reduciendo la carga contaminante en los ecosistemas”.
Para garantizar su durabilidad y estabilidad, la farmacéutica señala que es fundamental permitir que el champú sólido se seque completamente entre usos. Idealmente, debe colocarse en una jabonera que permita el drenaje del agua o sobre una superficie ventilada. No debe quedar sumergido ni sobre una superficie mojada, ya que eso favorece su desgaste prematuro.
Para usarlo “se recomienda humedecer el pelo y frotar suavemente el champú hasta obtener espuma, ya sea primero en las manos o bien directamente sobre el cuero cabelludo. Con estos cuidados, un champú sólido puede durar fácilmente entre 60-80 lavados, dependiendo de la longitud del cabello y la frecuencia de uso”, afirma Lajarín.
Si quieres pasarte al formato sólido, ahora que conoces todas sus ventajas, ficha algunos de nuestros champús favoritos:
Champú sólido Shikakai antiácida de Alma Secret (18,20€ / 85g)
Este champú sólido limpia, calma y revitaliza desde la raíz con una mezcla botánica top: espirulina, ortiga, té verde, aceites esenciales y mantecas nutritivas como coco, karité y jojoba. Apto para todo tipo de cabellos (sí, incluso los teñidos o con tratamientos como la keratina), combate caída, caspa y grasa sin sulfatos. Y lo mejor: no solo deja el pelo más fuerte y brillante, sino que también lo libera de los residuos que apagan su luz natural. Ideal para uso diario y para llevarlo en la maleta sin que ocupe medio neceser. Un gesto sencillo, con resultados que se notan… ¡y se sienten!
Champú sólido de avena y miel de Beauterra (10,95€ / 75g)
Si tu cabello está pidiendo agua, abrigo y una caricia al mismo tiempo… este champú sólido puede ser tu nuevo flechazo capilar. Con avena y miel como protagonistas, y una fórmula sin siliconas ni ingredientes cuestionables, hidrata y suaviza sin apelmazar, gracias a un combo maravilloso: aceite de coco, que envuelve cada hebra en brillo; glicerina, que aporta hidratación real; y eritritol, el héroe secreto que reestructura la superficie del cabello como si fuera un spa en barra. ¿Lo mejor? Es biodegradable, vegano, cruelty free y no deja ni rastro de plástico. Vamos, que además de cuidar tu melena, cuida el planeta.
Champú sólido con Aceite de Argán de Teknia (17,46€ / 80g)
¿Melena normal o seca? Este champú sólido está aquí para cuidar, nutrir y dejar el pelo con ese brillo de anuncio… pero sin una gota de sulfatos ni residuos que puedan dañar el planeta. Formulado con un 92 % de ingredientes naturales, contiene aceite de argán puro de Marruecos, que aporta nutrición de la buena (de esa que se nota al tacto) y un cóctel de aceites vegetales africanos, como moringa, baobab y karité, que hidratan, suavizan y controlan el encrespado o frizz como si nada. Cuenta con una mezcla frutal adictiva con toques de limón, coco, ylang-ylang y ámbar que convierte la ducha en un ritual sensorial. Además, al estar elaborado en frío, conserva intactas todas sus propiedades, y una sola pastilla de 80 g equivale a dos champús líquidos de 300 ml. Más práctico, más limpio, más bonito.
Champú sólido Soak and Float de Lush (12,50€ / 55g)
Si tu cuero cabelludo está en modo drama, seco, irritado y/o con picores, este champú sólido de Lush es como un bálsamo en forma de pastilla. Soak & Float está formulado con aceite de enebro rojo, que limpia y suaviza con mimo, y un aroma ahumado que recuerda a una chimenea encendida en una cabaña de montaña. A eso se suma el aceite de rosa, que calma y aporta ese toque floral embriagador que convierte la ducha en un ritual sensorial. Hasta los cueros cabelludos más “cabreados” merecen un momento de paz.