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Este café nos sirve para celebrar la salida de tu libro...
La verdad que sí, se titula Historias de la tele y para mí es un bebé que sirve para viajar por los recuerdos de nuestra infancia y nuestra adolescencia. Un repaso desde que nace la tele en España en 1956 hasta que llegan las privadas. Nace de un cabreo, porque desde pequeñita me gustaba la radio y tuve la sensación de que lo que me empujó a hacer Periodismo se había perdido. Falta valentía, falta contacto con la calle... Se ha perdido mucho de la esencia de la profesión. En el contacto con los pioneros que empezaron; me he reconciliado con la profesión porque ví que no todo estaba perdido y que aquellos héroes, con muy pocos medios pero mucho corazón, hicieron una tele muy digna a pesar de la Dictadura y de la censura.

¿Cómo te has enterado de tantos secretos televisivos?
Pues preguntando mucho. Hablando mucho con los viejos del lugar. En el libro reivindico mucho a nuestros mayores, maestros que en muchas redacciones ya se han perdido. He estado con ellos, escuchado muchas de sus batallitas maravillosas que a veces incluso parecen de mentira. También ha habido trabajo de hemeroteca y fototeca.

¿Este homenaje a la tele también se debe a que cuando eras pequeña soñabas con trabajar en ella?
No. Soñaba con trabajar en la radio. La tele llegó por azar a mi vida pero también me he llegado a enamorar de la televisión aunque no formaba parte de mis sueños. Yo estaba en Radio Nacional y me ofrecieron hacer una sustitución en Barcelona en TVE. Soy una persona muy inquieta y la sensación de sentirme nueva en un sitio siempre me ha parecido gratificante. Hay momentos en que me aburre estar en la zona de confort. Así comenzó todo: un lunes estaba en la cola del paro; me llamaron un jueves por la noche para ir a Madrid a hacer una prueba el viernes por la mañana sin saber para qué. Al día siguiente, estaba presentando el Telediario del fin de semana. Eso me cambió la vida.

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¿Cómo lleva tu familia que vivas lejos de ellos?
Ellos están en Barcelona y yo vivo en Madrid. La distancia se hace un poquito difícil porque me pierdo el día a día de mi gente, mi familia y mis amigos. Soy hija única y todos mis afectos los tengo en Cataluña. Todos mis amigos desde el cole y de la guardería están allí. Pero ellos están felices porque me dedico a lo que me gusta. Me ven feliz.
¿Hay alguien más a quien eches de menos en la distancia?
Lo grande en mi vida ha sido mi abuela. Ha sido mi referencia porque me he criado con ella ya que mi madre trabajaba. Murió hace unos añitos pero la sigo teniendo muy presente. Formó parte de mi educación y de mi vida. Recuerdo los consejos que me daba y muchas cosas de ella. No llegó a verme en la tele, con lo que me hubiera gustado.

Eres una mujer apegada a los sentimientos familiares. No sé si te has planteado formar la tuya propia.
Yo sí, pero es verdad que formo parte de una generación a la que le ha tocado ir posponiendo la maternidad por el trabajo o por cualquier otra excusa que encontramos. La sensación de ser joven me acompaña y no me puedo creer que vaya a cumplir 40 años en marzo. Tener mi propia familia no es un proyecto que tengo de inmediato, pero sí me encantaría porque soy muy niñera.

¿Cómo se te enamora?
Con sentido del humor. Además, soy una persona muy cariñosa y me encanta divertirme. Pero lo básico es tener sentido del humor.

Siempre te hemos asociado con la información seria, pero ahora también haces entretenimiento. ¿Dónde te sientes más cómoda?
Ese cambio también lo hice de forma natural en la radio. Allí comencé en informativos y terminé haciendo programas. En la tele me ha sucedido lo mismo. A mí la información me gusta y consumo muchísima, pero la parte del entretenimiento te permite ser más tú misma. En un informativo hay mucha rigidez y no puedes mostrar tus sentimientos pero un magacín es como la vida: te ríes, te enfadas, lloras o te emocionas. Creo que por eso aquí estoy más cómoda.

Lo que no deben ser muy cómodos son los madrugones que te pegas. ¿Cómo es tu día a día?
A las 5 de la mañana suena el despertador. Pero no me parece ningún madrugón, porque cuando presentaba Los Desayunos de TVE me despertaba a las 3. Ahora estoy feliz, me acuesto a las 10 o a las 11, así que mis 7 u 8 horas las duermo. Todo comienza la noche anterior, como un ritual como cuando era niña. Me dejo mi mochila preparada con el desayuno, la ropa preparada... Así que me levanto y tengo muy buen despertar, me tomo mi café, me ducho y hala, a trabajar. A las 5.30 llego a la tele lista para preparar el programa.

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¿Tanta energía es lo que hace mantenerte en forma? Me gustaría que compartieras el secreto de tu cambio físico.
No hay secreto. Nada más terminar el libro, me planteé hacer deporte porque llevaba años sin hacerlo. Busqué el gimnasio más cercano de mi casa y leí una cosa que ponía «Crossfit». No tenía ni idea de lo que era. En la tele pregunté y todo el mundo conocía alguien que lo practicaba. Me dijeron que era durísimo pero lo probé. En la primera clase, que era de prueba, tuve agujetas que me duraron una semana. Voy de lunes a viernes una hora todos los días y hago el pino, subo la cuerda, cojo pesas... de todo. Al tercer mes, había perdido 10 kilos y 3 tallas de ropa, sólo haciendo deporte. Y como de todo: legumbres, pasta y me pierde el dulce. Pero como consumo tanto con este deporte, que es como un entrenamiento militar, pues no paro de comer. Para mí ha sido impresionante; se ha ido toda la celulitis de las piernas, pero para lo mejor que me ha venido es para la cabeza.

Tu programa está en una franja ocupada por mujeres donde siempre se habla de la reina de las mañanas. No sé si esto ha supuesto una responsabilidad para ti.
La responsabilidad la lleva una de casa. Tanto Ana Rosa Quintana como Susanna Griso tienen unos datos de audiencia maravillosos. Nosotros con La Mañana estamos creciendo, pero aún tenemos un camino muy largo que hacer. Para mí es un orgullo compartir esa franja con dos grandes como ellas. Yo nunca he sentido rivalidad. ¡Sólo faltaba! Jugamos todos en la misma liga. Hoy en día, hay mucha oferta y la gente tiene la posibilidad de elegir lo que más le guste.

Haciendo balance de todas las personalidades a los que has entrevistado, no sé si podrías decantarte por alguien.
Pues mira, he entrevistado a políticos, presidentes, mandatarios, lo que quieras pero, como niña ochentera que fui, la entrevista más bonita que he hecho fue a Steven Spielberg cuando estuvo en Madrid. Para mí fue muy especial porque me removió muchos sentimientos .

Apasionada por la radio, conquistada por la televisión, ¿cómo te ves en unos años?
La vida ha superado con creces cualquiera de mis sueños. Pero verás, me encanta la docencia. He dado clases mucho tiempo en el Instituto de RTVE y me gusta el contacto con la gente joven, con los periodistas del futuro.

María, ¿qué te gustaría saber de lo que dicen los posos de tu café?
Lo único que preguntaría es sobre la salud de los míos. Eso es lo que más me preocupa y lo único que me gustaría saber.