La teoría la sabemos. Somos conscientes de que una piel limpia es la clave de una piel sana. Es más, es fundamental para prolongar su juventud. Pero eso no quiere decir que debamos imitar la rutina cosmética que funciona en el rostro de nuestra hermana o amigas. Cada piel tiene sus propias características y, por lo tanto, necesidades distintas, que comienzan en la fase de higiene.

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Desde el tipo de textura: espuma, leche, gel, agua micelar, aceites… hasta sus formulaciones, son más extensos de lo que imaginas. Por eso es clave, para acertar, que te dejes aconsejar por una voz profesional. Es el único modo de dar en la diana evitando gastar tiempo y dinero y acumular productos sin sentido en tu armario cosmético.

Cómo acertar y mantener tu piel limpia

Empecemos por las pieles secas. Las fórmulas en aceite son magníficas para disolver toxinas, restos de maquillaje y proporcionar una sensación placentera, sin la tirantez que aporta el agua micelar. Entre los ingredientes que debes buscar, no te olvides de aquellas sustancias humectantes como la urea, la alantoína, y el ácido hialurónico. Mantendrás tu piel limpia y además hidratada.

Este tipo de limpiadores son también muy recomendables en pieles sensibles que toleran peor la fricción. En estos casos debemos optar por formulaciones que contengan ingredientes calmantes y descongestivos como el té verde, la alantoína, o la centella asiática.

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Si tu piel es grasa emplea un limpiador que contenga ácido salicílico y antiinflamatorios como la niacinamida. Las fórmulas seborreguladoras te ayudarán además a controlar brotes de acné. En cuanto a la textura, las leches limpiadoras son magníficas porque acaban con cualquier resto de toxinas, contaminación y maquillaje, enemigos de una piel oxigenada.

Para los ojos, en cualquier caso, aconsejo emplear un producto específico que mime sin dañar la zona; que sea eficaz sin necesidad de repetir las pasadas que provocan tantos estragos en pestañas. Como complemento perfecto durante la fase de higiene, soy partidaria de emplear toallas de algodón ligeramente humedecidas. Si prefieres los discos desmaquilladores comprueba que sean 100% algodón para evitar ningún tipo de agresión.

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En cuanto a las herramientas domésticas que pueden ayudarte a mantener tu piel limpia, como los cepillos electrónicos, recuerda que son recomendables excepto en casos de acné o rosácea. Y prestando atención también en pieles sensibles. Como consejo final, un no rotundo al uso de toallitas desmaquilladoras a diario. Solo de manera excepcional y en caso de emergencia.