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Hongos
Pie de atleta.

Suele aparecer en las zonas de más humedad, entre los dedos. Sus síntomas son ardor, picor y quemazón, además de una piel excesivamente seca. No lleves el zapato muy apretado, ya que es una de las causas más comunes de su aparición. Solución: Las cremas, aerosoles y polvos antimióticos te irán bien.

La tiña en uñas. Es una infección superficial. Peden aparecer en las de las manos, pero no es muy usual. Las uñas se vuelven de un color amarillo y opacas. A pesar de que el problema principal es estético, si que puede ocasionar molestias locales. Solución: Existen tratamientos con láser que pueden eliminar de forma permanente el hongo en las uñas. Los medicamentos antimicóticos por vía oral pueden ayudar a eliminar el hongo.

Paroniquia. Aparece alrededor de las uñas. Se debe a una lesión en la zona, por ejemplo, por arrancarse un padrastro o por no recortar la cutícula correctamente. Se presentará como dolor, enrojecimiento e hinchazón. Solución: Remoja la uña con agua caliente 2 veces al día ayuda a reducir la inflamación y el dolor.

Callos y durezas
Callos. Sobre todo se manifiestan en los dedos. Es una lesión circular pequeña y engrosada en la piel, compuesta por células muertas. Sucede, por ejemplo, cuando un zapato fricciona continuamente con los dedos. Solución: 2 veces a la semana, mete el pie en agua caliente 20 min., frota el área callosa con un pincel impregnado en vaselina y duerme con calcetines.

Durezas. Se presentan en la planta del pie, sobre todo cuando la presión es muy fuerte, bien sea por sobrepeso, por exceso de fricción o porque estamos sobrecargando el pie. Se producen cuando existe una acumulación de queratina en la zona. Habitualmente, callos y durezas aparecen al mismo tiempo. Solución: Existe aparatología que lima y raspa las durezas, consiguiendo su eliminación.

Dedo en garra
Son una deformidad que se genera en los dedos (excepto en los pulgares). Provoca que la articulación se estire de una forma excesiva, y las articulaciones se flexionen. Suelen afectar a personas de edad superior a los 40 años, y en mayor medida a mujeres, por el uso excesivo de tacones. Solución: Utiliza plantillas, férulas nocturnas o vendajes. Si no es suficiente, tendrás que somerte a una operación quirúrgica.

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Pie plano
Habitual en bebés y niños. Ocurre debido a que los tejidos que sostienen las articulaciones están flojos. Con el paso de los años, estos ganan fuerza, formándose el arco plantar. A veces, este nunca se llegue a formar. Este problema no suele causar dolor, pero si pies arqueados y cansados.

Solución: El pie plano no se cura si no es a través de una operación, pero si puedes utilizar plantillas para calmar el dolor.

Pie cavo
Este tiene un exceso en el arco plantar. Es menos común que el anterior, pero presenta un mayor dolor. Solución: Consiste en la utilización de plantillas ortopédicas a medida adaptadas por un podólogo.

Espolón
Es más frecuente entre personas que tienen el pie muy arqueado o que sufren sobrepeso. Es bastante doloroso y dificulta el apoyo normal del talón. Solución: No tiene tratamiento, por lo que acude al podológo cada tres meses para que vigile el problema.

Pie diabético
Aparece en las personas que padecen de diabetes. Se pierde la sensibilidad en los pies. Aparece por una mala circulación, pudiendio derivar incluso en úlceras. Las zonas más afectadas son: el dorso de los dedos, talón o la zona plantar. Solución: Es importante visitar al podólogo de forma periódica, para que organice un tratamiento personalizado si se necesita.