La vida de Froilán (25 años) sucede desde hace un tiempo fuera de las fronteras de España. El hijo de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar está instalado en Abu Dabi, donde reside desde hace más de un año. Sin embargo, son numerosas las ocasiones en las que el joven hace las maletas para poner rumbo a nuestro país, sobre todo porque son muchos los compromisos familiares que le obligan a ello. La última ha sido la boda de José Luis Martínez-Almeida (48 años) y Teresa Urquijo (27 años), a la que ha estado invitado. Pero este no ha sido el único motivo por el que ha cogido un avión procedente de Abu Dabi. Y es que Froilán tenía que acudir este lunes al funeral de Fernando Gómez Acebo, donde se volvía a reencontrar con parte de su familia. 

Froilán exprime al máximo sus estancias en España

Froilán es un enamorado de su país. Disfruta muchísimo el tiempo cuando aterriza España, donde tiene no solo a su familia, también a su grupo de amigos. De hecho, exprime al máximo sus estancias y queda con ellos cuando encuentra huecos en la apretada agenda de compromisos que tiene que atender nada más aterrizar en el aeropuerto de Madrid. Y esto es lo que hizo el pasado sábado cuando acudió a la boda del año en Madrid.

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Froilán con su familia en una foto de archivo

Froilán posa con su familia el día de la boda de Almeida, celebrada en Madrid el pasado sábado.

Gtres.

El hijo de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar acudió al enlace de esta pareja en la Iglesia San Francisco de Borja en la calle Serrano junto a su madre y su hermana, Victoria Federica. Allí se reencontró con su tía, la Infanta Cristina, su primo Juan Valentín, y sus abuelos, los Reyes eméritos, Don Juan Carlo y Doña Sofía. Tras la ceremonia religiosa, cogió un coche para asistir al banquete de la boda, que tuvo lugar en la finca El Canto de la Cruz en Colmenar Viejo, a unos 30 minutos en coche del centro de la capital. Sin embargo, decidió abandonar el lugar alrededor de las 19:00h porque tenía un plan organizado con sus amigos.

Discoteca y 'after', la combinación elegida por el joven para quemar la noche de Madrid

Froilán vestía un traje de chaqueta, por lo que cuando salió de la finca donde se celebró la boda se fue a casa para ponerse ropa más cómoda. Acto seguido, el hijo de la Infanta Elena se trasladó hasta una discoteca, donde estuvo celebrando su visita a España con sus amigos. Y permaneció allí hasta las seis de la mañana. Sin embargo, no le pareció suficiente.

Froilán en una foto de archivo.

Froilán se fue a un 'after' en Leganés hasta las 11 de la mañana del domingo.

Gtres.

Y es que Froilán no quería irse a casa tras el cierre de la discoteca. Todavía tenía energía para seguir de fiesta, por lo que se fue a un 'after' en un polígono de Leganés. El lugar en el que permaneció hasta las 11 de la mañana se trataba de un local decorado con aires asiáticos y que además de ser un lugar de fiesta, también es un restaurante que ofrece un menú de poco más de 10 euros.

A las 11 de la mañana del domingo, Froilán sintió que su cuerpo ya no aguantaba más fiesta. Se trasladó a casa, ya que solo dos horas después, tenía un compromiso familiar. Y es que tenía que reunirse con su padre para comer con él y celebrar su cumpleaños. 

Pero estas 24 horas de fiesta intensa no ha sido lo único que ha hecho Froilán. Y es que el día antes de la boda de Almeida y Teresa Urquijo se reunió también con varios amigos para disfrutar de la noche madrileña, que tanto echa de menos cuando se encuentra en Abu Dabi, el pasado viernes. Un día perfecto para reencontrarse con sus amigos.

Una boda con muchos invitados conocidos

La boda de José Luis Martínez Almeida y Teresa Urquijo es ya considerado el evento de lo que llevamos de año. Reunió a numerosos rostros conocidos de la aristocracia, la realeza y la política de nuestro país. La iglesia San Francisco de Borja en la calle Serrano de la capital fue testigo el pasado sábado de un ir y venir de numerosos famosos. Nadie se quería perder esta cita. Ni siquiera los Reyes eméritos. Los que no asistieron fueron los Reyes Felipe y Letizia, que prefirieron declinar la invitación. De hecho, el monarca tenía un compromiso en el Estado Olímpico de La Cartuja en Sevilla, donde se celebró justo la final de la Copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y el R.C.D. Mallorca. Una final que ganó en los penaltis el primer equipo.