Así es la vida de Concha Velasco en una residencia seis meses después de su ingreso

Los comienzos parecieron no ser del todo fáciles. De hecho, Concha decidió cambiar de residencia. La semana del 21 de marzo la actriz abandonó Santa Matilde, pero ya tenía plan B. Concha Velasco dejó la habitación que tenía en la primera planta de la calle Abel en Madrid porque se sentía encerrada en un bloque de pisos. Situada en una zona repleta de edificios y pocas zonas verdes alrededor, la intérprete solo podía «dar una vuelta a la manzana sobre su silla de ruedas», lo que ha provocado que busque «algo completamente diferente». Ahora lleva meses siendo feliz, está bien y se siente cuidada.

Junto a sus hijos tomó la decisión de irse a una residencia a las afueras de Madrid, con el fin de respirar aire más limpio. Además, podría estar rodeada de más zonas verdes. Sus hijos no dudaron en cumplir sus deseos y la trasladaron con todas sus pertenencias a un nuevo hogar.

Allí disfruta de una vida tranquila. Es habitual verla fuera de las paredes de esta residencia y dando un paseo junto a sus hijos, que no la dejan sola nunca. Concha Velasco sigue saliendo a comer por el centro de Madrid con su familia. Lo hace en silla de ruedas, un medo que le permite moverse con más tranquilidad, ya que tiene problemas de movilidad.

El pasado mes de mayo fue vista en la terraza de un restaurante de la capital acompañada de sus dos hijos, con los que disfrutó de un rato de calma. La actriz no puede estar más feliz y así lo demostró al hablar animadamente con algunos camareros del local, que la atendían con cariño.

Para la intérprete dejar su casa no fue fácil, pero en su transición le ayudaron tanto sus hijos como amigos, de hecho, fueron muchos los rostros conocidos que la visitaron y pasaron tiempo junto a ella. Su sobrina Manuela Velasco siempre que ha podido ha acudido a verla a la residencia y ha hablado maravillas de ella y de cómo se encuentra: «Cuando la he ido a ver, la he encontrado de maravilla. Al principio es un shock y tomar la decisión ha sido muy difícil. Para mis primos, tomar la decisión ha sido muy difícil, pero es lo que necesita. Es donde mejor está, pero aún así, hasta que no lo has visto siempre dices ‘ay’. Nos pasa a todos con las personas que se hacen mayores. Son etapas de la vida y hay que cubrir sus necesidades», comentaba en marzo Manuela, convencida de que sus primos han tomado la mejor decisión.