Máxim Huerta dice adiós y suelta su cartera de Cultura y Hacienda convirtiéndose en el ministro más fugaz de un gobierno español. Este miércoles 13 de junio, Huerta ha protagonizado la que sin duda ha sido la rueda de prensa más difícil de su vida, al anunciar en ella su dimisión.
[Así ha dimitido Màxim Huerta: su discurso íntegro]
Tras el escándalo de la noticia de sus problemas fiscales durante el ejercicio 2006-2009 por los que fue multado en 2017 con el pago de 218.322 euros, Máxim Huerta se ha visto forzado a dimitir a menos de una semana ejerciendo como ministro de Cultura y Deporte.
Máxim Huerta ha dimitido como ministro de Cultura y Deporte.
En este breve intervalo de tiempo, a Huerta le ha dado tiempo a ser protagonista de tres polémicas a las que habría que añadir ahora sus problemas fiscales y su consecuente dimisión.
Fue la sorpresa de la lista de nombres que desveló Pedro Sánchez. Pero tras el impacto inicial y las felicitaciones de numerosos compañeros de la televisión que han conocido de cerca a Máxim Huerta y que alabaron su integridad y su preparación, pronto llegó la primera polémica. Un antiguo tuit del escritor reconociendo que no practicaba deporte e incluso criticando a los que consideraba que estaban obsesionados con eso de ponerse en forma, saltaba a la palestra.
Estas palabras generaron una corriente de críticas por parte de los que no creyeron que un pensamiento de este tipo pudiera representar bien al mundo del deporte desde el gobierno.
Ya en este caso, Máxim Huerta tuvo que salir al paso.
Francisco Rivera puso en duda el papel de Máxim Huerta.
Dos días después de su nombramiento, Máxim Huerta también se ponía en medio de la diana de todos los taurinos. Francisco Rivera en persona aseguraba que su profesión no estaba defendida con personas como Huerta al frente de Cultura. El escritor ya había expresado en muchas ocasiones, sobre todo a través de redes sociales, su desprecio por las corridas de toros.
Tres días después, Máxim Huerta volvía a ser noticia. El ministro viajaba a París para apoyar en directo a Rafa Nadal en la final de Roland Garros. En redes sociales, cometía una falta de ortografía al escribir ‘Roland Garros’ con dos eles, algo que muchos consideraron imperdonable en un ministro de Cultura.
El escollo insalvable en su carrera política
Parecía que una persona en un cargo de ministro no podía generar más noticias en tan poco tiempo, pero aún faltaba por llegar la peor de todas. ‘El Confidencial’ hacía pública la noticia de los problemas fiscales que Máxim Huerta tuvo en 2008 y en 2009 y por los que fue condenado en 2017.
Personas como Ana Rosa Quintana, gran amiga y defensora del nombramiento de Huerta, apuntaba a que su excompañero de programa no había cometido ningún delito y que tan sólo se le había aplicado una sanción administrativa que ya había sido saldada. Pero lo cierto es que este hecho ha puesto contra las cuerdas a un Pedro Sánchez dispuesto a renovar el 'modus operandi' del gobierno con los casos de fraude fiscal.
La conducta de Máxim Huerta, a quien uno de los valores que más se le ha atribuido desde que llegara a su cargo ha sido el de ser una persona íntegra, ha empañado esa imagen que todos esperaban de él. Su problema fiscal, si bien no supone un delito, no es ejemplar a ojos del gobierno.
La noche anterior a la dura comparecencia de este miércoles 13 de junio en la que ha anunciado su dimisión, Máxim Huerta disfrutaba del estreno teatral de la obra ‘Islandia’, consciente ya, posiblemente, de que la polémica y su dimisión eran ya imparables.
Un ministro fugaz
Máxim Huerta dice adiós y suelta su cartera de Cultura y Hacienda convirtiéndose en el ministro más fugaz de un gobierno español. Tras el escándalo de la noticia de sus problemas fiscales durante el ejercicio 2008 y 2009 por los que fue condenado en 2017 con el pago de 218.322 euros, Máxim Huerta se ha visto forzado a dimitir a menos de una semana ejerciendo como ministro de Cultura y Deporte.
Su primera polémica
Fue la sorpresa de la lista de nombres que desveló Pedro Sánchez. Pero tras el impacto inicial y las felicitaciones de numerosos compañeros de la televisión que han conocido de cerca a Máxim Huerta y que alabaron su integridad y su preparación, pronto llegó la primera polémica. Un antiguo tuit del escritor reconociendo que no practicaba deporte e incluso criticando a los que consideraba que estaban obsesionados con eso de ponerse en forma, saltaba a la palestra. El ministro tuvo que salir al paso.
Su semana más mediática y complicada
En este breve intervalo de tiempo, a Huerta le ha dado tiempo a ser protagonista de tres polémicas a las que habría que añadir ahora sus problemas fiscales y su consecuente dimisión.
Segunda polémica
Dos días después de su nombramiento, Máxim Huerta también se ponía en medio de la diana de todos los taurinos. Francisco Rivera en persona aseguraba que su profesión no estaba defendida con personas como Huerta al frente de Cultura. El escritor ya había expresado en muchas ocasiones, sobre todo a través de redes sociales, su desprecio por las corridas de toros.
Su apoyo a Nadal
Tres días después, Máxim Huerta volvía a ser noticia. El ministro viajaba a París para apoyar en directo a Rafa Nadal en la final de Roland Garros.
Una polémica falta de ortografía
En redes sociales, Máxim cometía una falta de ortografía la escribir ‘Roland Garros’ con dos eles, algo que muchos consideraron imperdonable en un ministro de Cultura.
Sus problemas fiscales
Parecía que una persona en un cargo de ministro no podía generar más noticias en tan poco tiempo, pero aún faltaba por llegar la peor de todas. ‘El Confidencial’ hacía pública la noticia de los problemas fiscales que Máxim Huerta tuvo entre el 2006 y el 2009 y por los que fue multado en 2017.
Su integridad puesta en cuestión
La conducta de Máxim Huerta, a quien uno de los valores que más se le ha atribuido desde que llegara a su cargo fue el de ser una persona íntegra, ha empañado esa imagen que todos esperaban de él. Su problema fiscal, si bien no supone un delito, no es ejemplar a ojos del gobierno.
La noche antes a su dimisión
La noche anterior a la dura comparecencia de este miércoles 13 de junio en la que ha anunciado su dimisión, Máxim Huerta disfrutaba del estreno teatral de la obra ‘Islandia’, consciente ya, posiblemente, de que la polémica y su dimisión eran ya imparables.